El único fresco del artista que se conserva en la ciudad será trasladado al Museo de Antioquia. La pandemia ha retrasado la titánica tarea.
Por Vanesa Restrepo
En un mar de letreros que anuncian descuentos y promociones en el centro de Medellín se esconde una de las obras de Fernando Botero. “Paisaje con jinete” se llama, es el único mural del artista que aún existe en Colombia y pronto será trasladado. Sí, la obra completa será “arrancada” de los muros del centro comercial New York Plaza para ser instalada en el Museo de Antioquia.
Y aunque ese traslado se había anunciado desde principios de 2019, la tarea no es fácil. Primero había que poner de acuerdo a varias partes, incluyendo Comfama y el Museo que son los responsables; y además buscar expertos en este tipo de trabajos. El plan era que todo se hiciera a comienzos de 2020, pero llegó la pandemia.
María del Rosario Escobar, directora del Museo, aseguró que ya están listos los preparativos —incluido el protocolo de bioseguridad— para que en los primeros meses de 2021 se pueda cumplir con la tarea. “Este será un trabajo de unos cuatro meses porque se debe hacer el desprendimiento del mural, el traslado y la instalación sin afectar la obra. Es difícil dar una fecha para el inicio porque no sabemos qué pueda pasar con la pandemia, pero creemos que podría ser para febrero”, dijo.
En el desprendimiento del fresco se tiene estimado que trabajen unas seis personas especializadas en movimiento de murales. Y aunque aún no se tienen claros muchos de los detalles logísticos, no se descarta que sea necesario cortar la obra en dos partes y luego unirla con métodos de restauración especializados.
Con la nueva casa, esperan los responsables del proyecto, la pintura podrá ser mejor conservada y admirada.
“Yo no me atrevo a decir cómo será ese traslado porque hay muchas cosas que tienen que verse en el momento. Lo que sí es una prioridad es, por supuesto, la conservación de la obra”, agregó Escobar, quien confirmó que la nueva casa del fresco será una de las salas del museo que en 2021 tendrá dos fiestas: el aniversario 140 de su fundación y el Año Botero, por los 20 años de la inauguración de la plaza de las esculturas.
¿Pero cómo llegó un mural de Botero a un centro comercial?
La verdad es que el edificio fue el que cambió de uso, confirma Jovany Gómez, comerciante del sector y quien durante más de 30 años ha visto cómo la edificación cambia de uso. Cuando llegó era sede del Banco Central Hipotecario, BCH.
Fue precisamente el banco el que realizó, entre 1959 y 1960, un concurso de arte para darle vida y personalidad a su sede de Colombia con Cúcuta, construida por el arquitecto Nel Rodríguez. Los registros históricos confirman que la pintura se materializó entre febrero y abril de ese año.
“El mural es concebido bajo un tema casi por todos identificable: los cuentos de la infancia (…) A pesar del carácter infantil del tema, es obvio que no todas las escenas y anécdotas representan lo lúdico; la presencia de juegos siniestros y personajes misteriosos en la
composición del fresco, desvelan un simbolismo similar al del Guernica de Picasso”, cuenta Nubia Janeth González en su tesis doctoral “Colombia en la pintura de Fernando Botero”.
En los años 90, con la liquidación del banco, el edificio quedó desocupado. En 1993 el propio Botero visitó la galería Marlborough de Nueva York y se encontró con unas fotos de su mural y al preguntar qué hacían allí le contaron que las directivas del banco estaban averiguando cuánto podía valer la obra. El artista se molestó y le contó la historia al periódico El Tiempo que en octubre de ese año la publicó y aclaró que el mural fue tasado en 500.000 dólares pero solo si iba a ser asegurado, pues los frescos no se venden y, por lo tanto, no tienen valor comercial.
“La humanidad ha entendido que los libros no se queman ni que los frescos se arrancan. Eso lo ha entendido hasta la gente más humilde, salvo en ese banco. Yo ya les mandé un mensaje para que no sean vulgares. Lo que están pensando hacer es inaudito”, dijo en su momento el artista.
Luego la caja de compensación Comfenalco llegó al edificio y abrió una biblioteca y un centro educativo que funcionaron hasta 2014. Más tarde se instaló un parqueadero de motos en la edificación y en 2019 nació el centro comercial que hoy lo alberga.