El celular se ha convertido para las personas en su tercer brazo, ha transgredido barreras generacionales y geográficas, tanto que hoy el número de dispositivos móviles conectados en Colombia es de 60.8 millones. Eso quiere decir que la cantidad de conexiones a través de celulares, tablets y portátiles superan a la población total en un 119%.
Sin embargo, entre ese amasijo de clics y redes de telecomunicación, existen quienes, por decisión propia, han optado por llevar una vida sin los dispositivos móviles. Pero ¿cómo se puede realmente vivir sin celular?
Carlos* tiene cerca de 45 años, y aunque es un exitoso profesional, prefiere mantener su nombre en anonimato para esta entrevista. Para contactarlo fue necesario desempolvar el correo de Yahoo, pues no tiene cuenta en otras plataformas de mensajería. Desde hace años decidió desconectarse de la red móvil que poco a poco ha ido entrando en la vida de todas las personas alrededor del mundo., Susdus razones están cargadas de introspectiva y dejan mucho para la reflexión personal.
Pregunta. Cuéntenos un poco sobre usted
Respuesta. Tengo dos pregrados, varios posgrados y trabajo en tres entidades, todas de alta calidad.
P/. ¿Alguna vez ha tenido celular en su vida?
R/. Obvio. El primero que tuve fue un Nokia 1680, solo pantalla y teclado, con cámara básica, del cual nunca pude descargar fotos, que compré porque me contrató una universidad de Bogotá para dictar clases en varias ciudades del país. Luego pasé a un smartphone básico, no me acuerdo de qué marca, que dejé olvidado en un bus de Rionegro. Pero como ya no trabajaba con la entidad de Bogotá, hasta ahí quedó el tema de los celulares.
P/. ¿Por qué ha decidido vivir sin celular?
R/. Sin celular personal. En la casa teníamos un celular comunitario, para los “desbares”. Cuando requería algo personal, hacía uso de ese.
La cuestión de no usar celular es un tema de total filosofía de vida, de libertad y resistencia. Un celular es una necesidad creada, que una vez dejas entrar en tu vida, se apodera de todo, y aunque quieras dejarlo, ya no vas a poder, porque las relaciones sociales y las funcionalidades como ver videos, fotos, las redes sociales –sobre todo el WhatsApp y el Facebook-, Google, echan unas raíces tan profundas en la cotidianidad de la vida, que se vuelve una adicción, una situación de dependencia y necesidad. Y al tiempo es una presión social, que la mayoría de las veces beneficia a los demás, no a ti, salvo que tú seas una persona controladora. En todos los casos, se vuelve uno un esclavo de la conexión y de los demás.
Además, en mi más profundo sentir, el uso del celular se volvió socialmente en un instrumento de control, que vuelve agresivas a las personas, y al mismo tiempo atenta contra el espacio personal, la libertad y la independencia. Creer que apagas el celular cuando quieras y lo prendes cuando quieras, es una falacia.
También es un tema de abuso, no solo por el tema de los tiempos y los modos, sino de los recursos. En los trabajos a todos les exigen el celular, se vuelve un instrumento de trabajo; los compañeros, los jefes envían información, dan órdenes, remiten trabajo, asignan funciones, hacen llamados de atención por el WhatsApp, te llaman a preguntar cuanta cosa se les ocurre, que pudiera esperar al otro día, pero lo quieren todo ya. Me ha tocado ver varios jefes enojados porque sus subalternos no les contestan el celular. Un celular que es de la persona, pagado por ella, con un plan que paga ella, no el empleador, no el jefe, no la empresa.
P/. ¿Qué medios de comunicación utiliza en su cotidianidad?
R/. Tengo varios correos electrónicos (uno en la entidad pública, otro para estudiantes, otro para mis actividades comerciales y uno personal para mi vida privada y familiar). En la oficina trabajo con el Outlook activo todo el tiempo. Y los demás correos los reviso mínimo dos veces al día: en la mañana antes de empezar a trabajar, y en la noche, cuando llego a mi apartamento.
También tengo dos Facebook (uno personal y uno profesional) cuenta en Twitter, Instagram, LinkedIn y dos blogs. Y, obviamente, el teléfono normal en mi oficina y el apartamento.
P/. ¿Qué piensan sus allegados de que usted no tenga un teléfono móvil?
R/. Mi familia y mis amigos no lo ven raro, porque han estado conmigo durante todo el proceso, así que no hay novedad para ellos. Todo fluye.
El conflicto radica más que todo en el trabajo, porque no tener la inmediatez y el control los agobia y mucho.
Pero, a pesar de que normalmente los superiores son los que hacen mala cara, la gran mayoría envidia eso. Es una necesidad creada que termina ahogando las personas. Así que para mí es frecuente escuchar de los otros decir: “ojalá yo pudiera hacerlo.” Pero igual se enloquecen cuando se les olvida el celular.
P/. ¿Se ha visto tentado por conseguir de nuevo un celular?
R/. La tentación a veces sale, pero sobre todo cuando quiero sacar fotos o hacer videos, ahí sí que digo “me voy a comprar un celular”, pero entonces pienso en el trabajo y en los amigos intensos, y se me pasa.
P/. ¿Qué piensa de la tecnología y sus avances?
R/. Es muy común que la gente piense que si no uso celular es porque estoy en contra de la tecnología. Esa es una conclusión básica, primaria e infantil. Estudié sistemas, manejo redes sociales, me actualizo en temas de software, he apoyado la creación de varios programas y aplicativos, he sacado manuales de software en dos empresas donde he trabajado, todas mis transacciones bancarias las hago por Internet, he montado algunas páginas de internet, estoy viendo qué cosas nuevas van saliendo. Pero tengo claro que no puedo dejar que la tecnología me domine y menos le permita a los demás tener control de mi vida cotidiana.
La tecnología hace parte de la cultura y de la calidad de vida, así que sus avances son necesarios, para eso está la ciencia, así como el comercio y el Estado, para que esos avances –al menos los básicos- lleguen a todos los ciudadanos, sin distinción. Dígame qué sería de la vida sin Internet.
P/. ¿Considera que se vive más tranquilo sin celular y sin otras tecnologías?
R/. Sin celular, absolutamente. Sin las demás tecnologías no serían tan categórico, porque no son tan invasivas como el celular. Y como ya te dije, las tecnologías traen calidad de vida.
P/. ¿Qué les diría a las personas que están hiperconectadas?
R/. Que cometen un error. Se les va la vida en cosas que son humo. No viven su vida, viven la vida que quieren los demás. Estrés sin necesidad, saturación de información sin necesidad, información falsa o parcializada, enervación de las emociones negativas de manera innecesaria (la sensación de peligro, de inseguridad, de fatalismo, de que todo está mal), ansiedad por estar consumiendo información o porque alguien esté conectado, definitivamente no es bueno. Cada vez veo más adultos mayores en estas situaciones.
P/. Cuéntenos una experiencia positiva que haya vivido sin tener celular.
R/. Mi vida, mis pensamientos, mi paz interior y emocional. ¿Quieres más?
P/. Y una experiencia negativa que lo haya hecho pensar en comprar un celular.
R/. Más que negativa, son las tentaciones que ya te conté de tomar fotos y videos. Tengo una cámara digital, pero no la estoy llevando a todas partes, no es funcional ni seguro.
Y en el trabajo, nadie puede decir que incumplí una tarea, que la hice mal o a medias, que he faltado a alguna reunión o que no me encuentran. Les puedo apostar que, si le preguntan a mi jefe, más fácil y rápido contesto yo los requerimientos, que algunos de mis compañeros que sí tienen celular (obviamente todos lo tienen).
P/. Cuando tiene una emergencia, ¿qué medios usa para comunicarse con otras personas? ¿Cómo contacta a sus familiares o amigos cuando quiere comunicarse con ellos?
R/. He tenido afanes y emergencias serias. Para ello, están los teléfonos públicos, los minuteros o el celular de alguien conocido. Siempre hay alguno cerca.
