Este lunes 5 de agosto comenzó a regir la nueva rotación del pico y placa en Medellín y el área metropolitana, una medida que cada vez se vuelve más obsoleta y que no cumple satisfactoriamente para dar solución a los problemas de tráfico y ambientales que afectan a la ciudad.
Desde hace algún tiempo expertos en movilidad han pedido medidas más contundentes para atacar las dificultades que se presentan en buena parte de las vías de Medellín, especialmente en sectores como El Poblado, Laureles, Belén, y por supuesto, el centro. Entre las opciones se han analizado la ampliación del horario del pico y placa, su aplicación los sábados, la expansión de este a las motos de cuatro tiempos y la materialización de las ZUAP (Zonas urbanas de aire protegido), de las cuales una sería en la comuna 10.
La administración municipal contrató en septiembre del año anterior un estudio con la firma mexicana Cal y Mayor, por un monto cercano a los 500 millones de pesos, para analizar las diferentes alternativas que podrían implementarse para reducir la congestión en la ciudad. Dicho estudio, en el que además del trabajo técnico de campo, fueron consultados gremios, transportadores, empresarios, entre otros, fue entregado en el primer semestre a la Secretaría de Movilidad y en este se plantean diferentes escenarios para mejorar la movilidad en la ciudad.
No se entiende entonces que tras una millonaria inversión y la urgente necesidad de hacer cambios que permitan disminuir los trancones y aumentar la velocidad promedio en el área metropolitana, la administración pero sigue siendo obsoleto Rota el pico y placa municipal, en su recta final, no le entregue a la ciudadanía dicho estudio ni empiece a aplicar las recomendaciones que se desprenden de él, dejando la responsabilidad al nuevo alcalde, quien con seguridad demorará en tomar cualquier tipo de medida, pues no es un secreto que los primeros meses de administración todo mandatario se limita a conocer en detalle la ciudad.
Para el caso específico del centro (comuna10), hemos reiterado desde CENTRÓ-POLIS y CORPOCENTRO que esta zona más que medidas adicionales restrictivas de la movilidad, requiere acciones de autoridad, en las que deben incluirse el control al bus arriero, a los acopios ilegales, al parqueo indebido en las calles, el transporte informal, las ventas estacionarias envía pública, lo que sin duda mejoraría en gran medida el tránsito por las ya atestadas avenidas céntricas.
Finalmente, insistimos que con la entrada de la troncal de Metroplús por la Avenida Oriental, es urgente avanzar de manera contundente en la reorganización de las más de 190 rutas de transporte público que ingresan al centro, aspecto que deberá estar definido antes de terminar el año, cuando rueden los buses eléctricos por el carril exclusivo en este corredor. Aquí no debe haber dilación como en el caso de las soluciones a los trancones en las glorietas de San Diego y Exposiciones, que a pocos días de ponerse en funcionamiento el túnel de oriente, las obras en estos intercambios apenas van a comenzar, aun cuando de tiempo atrás se sabía lo que sucedería en caso de no tener obras complementarias.