Por Juan Moreno
Es una tendencia que ha venido al alza en la última década. De buscar locales en primeros pisos, a la vista de todos los transeúntes, los empresarios de la gastronomía y el entretenimiento están mirando ahora hacia arriba, a los últimos pisos y las terrazas de los edificios para instalar allí sus bares y restaurantes con la promesa de tranquilidad y una vista panorámica de las ciudades.
Son varios los rooftop que pueden encontrarse hoy en día en el centro de Medellín y ofrecen la opción doble de restaurante y bar. Visitamos tres de ellos para conocer su atractivo en una zona cada vez más ávida por tener estos lugares como alternativa de entretenimiento y encuentro social.
Simone, en el Centro Colombo Americano.
Se le conoció siempre como “El Café del Colombo” y desde hace casi dos décadas funciona en el último piso de la edificación. Hace dos años y medio tiene nueva administración y se llama “Simone”. Funciona como restaurante y bar y continúa siendo uno de los referentes gastronómicos en el día y de buenos tragos en las noches del centro. “Este local se pensó desde siempre para ser el restaurante del Colombo. De hecho, fue premio Nacional de Arquitectura por su estética”, dice Carlos Maya, propietario actual del sitio.
El gran atractivo del local, aparte de su aspecto moderno, la música del mundo y el ambiente académico e intelectual que emana, es la tranquilidad para los comensales, pues está alejado de la calle, del ruido, del ambiente caótico, y la sensación de seguridad que produce es uno de sus grandes valores agregados. “Hay clientes que llegan a las once de la mañana, hacen citas todo el día y se van a las diez de la noche. Almuerzan, toman el algo, cenan y no pasa nada. Dejan computador, celular, morrales y nada se pierde. Eso no se ve en ninguna parte. Además, la gente viene aquí a ver otra gente y a que la vean. Es un solo ambiente, no hay vecinos, hay vista y tiene cierto estatus”, concluye Carlos.
Cinéfilos, amantes del teatro, ejecutivos y turistas, son el grueso del público que asiste a Simone. La carta es fusionada con platos colombianos, con énfasis en carnes, pescados, pastas, arroces y comida fresca y natural.
Lienzo, en el Hotel Gallery
Con un ambiente más distendido y una decoración ecléctica, basada en elementos reutilizados, como puertas que sirven de tablas de mesa, muebles de máquinas de coser, barriles, jarras metálicas que cumplen el papel de floreros y donde ninguna silla es igual a otra, Lienzo funciona en el último piso del Gallery, un hotel ubicado en las inmediaciones de las Torres de Bomboná, pero que está abierto al público en general. “Todo es reutilizado para tener un aspecto vintage. Venir aquí es un plan muy familiar, tranquilo, para comer y tomar cocteles. También hacemos celebraciones como cumpleaños, pedidas de mano, grados, aniversarios. Materializamos las ideas de los clientes y tenemos una persona que los asesora en esos proyectos”, dice Lady Osorio, la administradora.
La comida está basada en hamburguesas, sánduches y comidas rápidas con un toque gourmet, aparte del menú del día para almorzar. Funciona como restaurante para el desayuno de los huéspedes del hotel. Para el público en general está abierto desde las 9 de la mañana hasta poco antes de la medianoche.
El fuerte de este rooftop es la noche, por el ambiente y la vista que tiene sobre la zona de las torres y hacia el sur. Tienen música en vivo y shows de stand up comedy, sin que la rumba sea altisonante. Pop y salsa dominan el ambiente musical. “La vista, la brisa que entra por la terraza, la comida y el ambiente familiar son las fortalezas grandes de Lienzo”, concluye Lady.
Terrazza, en el Hotel 47 Street
Una cuadra arriba de la Avenida Oriental, tomando la calle Bomboná y en el último piso del edificio que alberga el hotel, está el rooftop con mejor vista de todos los visitados, Terrazza. Este tiene un ambiente más juvenil y enfocado sobre todo a la distracción y el esparcimiento. El reguetón y el rock en español dominan los sonidos del sitio y el público es más de parejas y grupos de amigos. “Aquí el fuerte es la vista, la desconexión con el ruido propio del centro y las experiencias que se viven”, dice Hugo Martínez, el administrador del sitio.
Hugo cuenta que pronto cambiará el sitio, se tornará en un lugar más citadino, con más aspecto de café parisino y aprovechar el aire libre con un techo plegable. Incluso cambiará su nombre por el de Lucio. La idea es atraer visitantes de otras zonas de la ciudad para motivarlos a apropiarse del centro. “Aquí en el centro tenemos todo lo que se necesita para pasar un buen momento, teatros, comercio, metro, tranvía, el sitio es tranquilo y lejos del ruido. Lo único que falta es que la gente deje el estigma con el centro de Medellín”. Apunta Hugo.
Hay otro proyecto en ciernes para un rooftop con una vocación más fiestera. Se llamará Trópico, en el último piso del edificio Apartments, a una cuadra de Terrazza, hacia la carrera El Palo. Este tendrá piscina, zonas húmedas, barra de bebidas, zona lounge y cocteles al ritmo del electro house. Una fiesta playera en pleno centro de la ciudad, en un piso alto y con toda la tranquilidad y el aislamiento que puede ofrecerse a los clientes, para que la Comuna 10 también tenga ese ambiente de las grandes ciudades, con panorámicas para la diversión y el encuentro social. “Porque hay turismo más allá de El Poblado y la Plaza Botero”, concluye Hugo Martínez.
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