Cuando iniciaba el mes de octubre, la revista norteamericana Time Out publicó el listado de los 49 barrios más ‘cool’ del mundo, entre ellos se encontraba uno en el centro de Medellín, La Candelaria. Este ocupó el puesto 12 en la lista y, según la revista, fue escogido por su mezcla de cultura y la naturaleza, junto a los diversos planes que hay para hacer en la zona.
Si bien para hacer esta selección el medio se basó en el criterio de turistas y expertos extranjeros, desde CENTRÓPOLIS nos encargamos de hablar con los habitantes y diferentes actores del territorio para entender qué es aquello que consideran tan atractivo de este sector de Medellín.
Para compras, todo está en el centro:
“Desde Belén siempre me vengo a comprar al centro. No es solo por los buenos precios, que sí influyen mucho, pero es más la experiencia de tener todo en un mismo lugar. Uno empieza a identificar las zonas para conseguir diferentes productos y sabes que lo que no encuentras, seguramente es porque no ha llegado a la ciudad. Es como un termómetro del mercado en Medellín”.
Luz Dary Granada, compradora habitual del centro.
La vida nocturna es muy atractiva:
“El centro sigue siendo el barrio de Medellín con la oferta cultural y artística más nutrida. Los teatros están en el centro, la música está en el centro. Nuestra idea de ciudad se construye en el centro a través de los espacios artísticos y culturales. Nadie tiene más claro la ciudad en que vive que quienes habitan el centro de forma artística. La noche se vuelve bastante interesante porque aquí pasa el teatro, pasa la poesía, pasa la música, pasa todo lo que tiene que pasar en una ciudad para convertirse en una”.
José Julián Villa, músico y uno de los fundadores de la casa cultural La Pascasia.
El centro tiene el mejor transporte público:
“Viví muchos años por fuera del país y acepto que temía volver porque me había acostumbrado a ciertas comodidades en Europa que, por prejuicios,
temí no encontrar otra vez en Medellín. Hoy vivo en Buenos Aires, trabajo en Junín y siempre tomo el tranvía, me deja en la puerta de la casa. Cuando voy en el vagón que se desliza despacio y paso por la Iglesia Stella Rengifo, comerciante del centro. de San José o la Plazuela San Ignacio, no extraño absolutamente nada del exterior. Amo mi ciudad”.
Stella Rengifo, comerciante del centro.
La gastronomía tiene múltiples opciones:
“Simone es un restaurante de comida fusión, especializado en música Jazz, Blues y Soul. Tiene una oferta gastronómica muy amplia, con proyectos culturales como gastronomía musical y los conciertos de música del mundo. Pero también está el Acontista, Palazzeto, clásicos como Hato Viejo, Tradición en Junín, El Astor, Lupita, Nuquí. Los restaurantes del centro tienden a ser muy clásicos por su arquitectura, su ubicación y por el concepto cultural y bohemio que encierran los lugares allí. Además, la cantidad de locales pequeños que existen que no se pueden eliminar de la experiencia porque hay lugares más sencillos donde hay comida rápida que hacen parte de la dinámica del centro que no se puede desconocer, el que va de paso y compra una empanada, un perro o ceviche en La Playa. En el centro encontrás de todo, la gastronomía acompañada de alternativas culturales es una maravilla”,
Carlos Maya, Restaurante Simone.
El ambiente alegre que genera la educación:
“Los espacios educativos en el centro le aportan algo muy interesante y yo diría que es la alegría, esa pasión que tienen los niños y los jóvenes se nota. Diferente a lo que puede aportar el comercio, las oficinas o el trabajo de los adultos que a veces parece aburrido. Cuando estás rodeado de niños o jóvenes, encuentras un modo diferente de ver la vida. Yo que trabajo al lado del colegio CEFA, se da uno cuenta de lo diferente que es. Escuchar constantemente sus gritos cuando juegan un partido, hace que uno recuerde esas épocas cuando uno estaba en el colegio”.
Carlos Vélez, miembro del equipo administrativo de Bellas Artes.
La cultura mueve al centro:
“El centro de Medellín tiene una fuerza cultural extraordinaria. Sus cantinas, sus bares, sus cafés, sus teatros, el archivo histórico de la ciudad y el archivo histórico del departamento, el Museo de Antioquia, cada uno de los espacios que cargan en su historia todo nuestro patrimonio y memoria, constituyen un lugar magnífico. Definitivamente caminar el centro es viajar por nuestra realidad. Definitivamente es el barrio de todos, el barrio en el que nace esto que llamamos Medellín. Cuando alguien dice ‘voy para Medellín’ desde un pueblo o un barrio en la ladera alta, está diciendo que viene para el centro, al barrio de todos”.
Sergio Restrepo, gerente del Claustro Comfama.
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