La Universidad de Antioquia, Alma Mater de la capital paisa, ha visto nacer de las entrañas de sus estudiantes y docentes un sinfín de ideas; algunas quedaron solo en eso, y otras crecieron hasta convertirse en proyectos, tan grandes, que debieron abandonar los muros de la Universidad.
Este último es el caso de PulpMovies, un cineclub que vio la luz de la mano de un grupo de amigos amantes del cine y pertenecientes a la facultad de idiomas. Con la excusa de practicar inglés, comenzaron a proyectar cintas que diferían bastante de las típicas películas de Hollywood, las únicas disponibles en los teatros de la ciudad en ese entonces.
“La posibilidad de ver en los años 90s una película africana o de Vietnam era casi imposible. La única forma de hacerlo era reunirnos y conseguir esas películas”, cuenta Wilson Montoya, miembro fundador y actual director de PulpMovies.
En una Medellín que tenía todo tipo de límites para el séptimo arte, surgió este grupo, este espacio cultural que pretendía romperlos por completo.
Cine contemporáneo para todos
En mayo de 1996 muere el crítico de cine Luis Alberto Álvarez, una de las primeras personas en traer películas independientes a la ciudad. La Universidad de Antioquia decide transformar uno de sus grandes auditorios en cinemateca y la bautiza en su honor.
Este espacio sería la cuna de PulpMovies. Los viernes por la tarde, las hileras de sillas del recinto se colmaban de estudiantes ruidosos listos para disfrutar la función. El encuentro se popularizó y pronto dejó de ser solo la facultad de Idiomas.
“Ya era de Comunicación, Ciencias Políticas, Filosofía, Artes. Empezamos con muchas cosas que todavía no se hacían, una página web, organizamos una red de cineclubes, hicimos una revista, empezamos a ir a eventos como el Festival de Cine de Cartagena, mejor dicho, el asunto fue volviéndose algo serio”, expresa Montoya.
Lo no convencional y La Indivisible
En el 2006 PulpMovies sale de la Universidad de Antioquia, y va a dar al lugar que había sido la cantera de donde se extraían gran parte de las películas que se reproducían en el cine club.
“Llegamos al Colombo Americano. Hablamos con el director del programa de cine, Pedro Adrián Zuluaga, le contamos la propuesta y nos dijo ´vengan para acá´”, explica Montoya.
Y aunque esa decisión les costó parte de su público, mantuvieron su programación característica con cine contemporáneo, “ese cine raro pues, la consigna era vamos a presentar incluso lo más raro, lo más inaguantable; a alguien le gustará, alguien lo agradecerá.”
Lejos de apagarse, más ideas y propuestas fueron llegando. Así, se aventuraron a hacer algo de lo que no se escuchaba para entonces en Medellín, en palabras de Montoya: “Hicimos un contacto con un festival de cine independiente en Barcelona llamado La Alternativa, nos mandaron las películas y nosotros armamos programación, diseñamos, subtitulábamos y traducíamos cuando había que hacerlo, realizábamos montaje”.
Este evento se llamó La Indivisible, fue el primer festival de cine independiente que se hizo en una ciudad donde ahora abundan este tipo de encuentros.
Resistencia en el centro
En el centro de Medellín, PulpMovies no conquistó solamente el Colombo Americano. Son varios los espacios que han albergado el encuentro, siendo la Cámara de Comercio de los más importantes.
“En la Cámara de Comercio el asunto explotó porque la gente respondió, ya no eran solamente los estudiantes, teníamos películas en las que había que devolver personas, fue una etapa muy bonita porque realmente funcionamos”, expresa Montoya.
Pero, aunque bella, también fue una temporada compleja. El equipo de trabajo ya no tenía las mismas motivaciones de antes y, como todo proyecto, tuvo un momento de crisis.
“Empezamos a entrar a la adultez madura, todos fueron terminando sus carreras, comenzaron maestrías, muchos se fueron a estudiar afuera, fui quedando yo solo. Los demás dijeron, acabemos ya este cine club, y yo me negué, di la pelea”.
Gracias a esa pelea, hoy PulpMovies está tan vivo como siempre. Cada miércoles los cinéfilos se reúnen en Agua Dulce, un restaurante y casa cultural ubicada en pleno parque del periodista.
Además, cada año proyecta diferentes temporadas en el Colombo Americano, donde la entrada también es libre. La primera de este año comienza el 5 de marzo y finaliza el 14 de mayo. Pese al tiempo y el cambio, PulpMovies resiste.
“Lo asumí como un proyecto de vida, es lo que me permite investigar, ver qué está pasando en el cine, en el audiovisual, mantenerme vigente”, concluye Montoya desde una mesa en Agua Dulce y a punto de comenzar la proyección de la noche.
PulpMovies es aún “esa resistencia que disfruta el cine en modo colectivo”.
Por Valentina Castaño
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