Con el liderazgo de EPM, EIA y Erco, el colectivo cultural Casa Kolacho implementó el primer piloto de energía transactiva de América Latina. Así surgió el proyecto que les permite compartir energía.
La comuna 13 de Medellín es arte, memoria, resistencia y cuna de cracks como Juan Fernando Quintero. También, desde hace un año es una de las sedes de un piloto de energía peer to peer —o entre pares— con paneles solares que se implementó en uno de los referentes culturales de la zona: Casa Kolacho.
La chispa que propició ese proyecto —cuenta Ciro, rapero y director de gestión de proyectos de Casa Kolacho— fue un graffitour con varios profesores de la Universidad EIA gomosos de las energías renovables. Ahí se conectaron las ideas que venían trabajando los académicos junto a varias empresas y las del colectivo cultural que empezó a hablar de consumo responsable con el medio ambiente.
“Nosotros hablamos desde hace años de resistencia a la violencia y transformación social. Transformar es apostarle también al cuidado del medio ambiente y un buen ejemplo es la energía solar. El proyecto llegó en un momento justo porque ya estábamos en plena cuarentena, en un momento que no había ingresos para la casa y el proyecto fue un alivio económico que nos liberó de uno de los principales gastos”, cuenta Ciro.
El proyecto incluyó la instalación, desde julio de 2020, de 18 paneles solares en el techo de la casa cultural que los tienen generando más energía de la que consumen. Pasaron de pagar un promedio de 360 mil pesos mensuales solo en energía a facturas que cancelan con apenas algunas monedas.
Abecé del proyecto
Carlos Enrique Vélez Restrepo, líder del proyecto en EPM, explica que este piloto de energía transactiva surgió en 2019 fruto del diálogo con la academia y la empresa privada. Los mentores fueron EPM, Erco Energía, Universidad EIA y contaron con el apoyo del Newton Fund y University College London.
Luego de diseñarlo se instalaron paneles solares en Casa Kolacho y en otros seis lugares en el Valle de Aburrá para que generaran energía solar y formaran una micro red en la que comparten la energía que cada uno genera con otras cinco viviendas conectadas, pero que no tienen paneles solares instalados.
“La energía transactiva es una tendencia mundial y no es otra cosa que compartir energía entre viviendas. Quisimos implementarlo con la sociedad civil y en diferentes estratos lo que lo hacía mucho más interesante y logramos conectar a Kolacho en la comuna 13, pero también viviendas en Bello, Sabaneta y el alto de Las Palmas. Es un proyecto muy importante porque es pionero y logra la descarbonización, descentralización y digitalización de las fuentes de energía”, dijo el funcionario.
Para Ciro, el balance en este año del proyecto ha sido muy positivo. En parte por el ahorro, pero también por el interés que ha despertado en la comunidad generar energía con esa tecnología.
“Ha beneficiado al parche en términos económicos porque esta es una casa que está habitada de lunes a lunes, somos 22 artistas y todos con su celular, computador o tablet. Tenemos estudio de producción audiovisual y musical y eso consume mucha energía. Pero más allá de eso creemos que hay beneficios ambientales y sociales, y la intención a fondo del proyecto es que en algún momento podamos vender energía a los vecinos porque hoy estamos generando más de lo que gastamos”.
Bondades de la energía solar
Para Santiago Ortega, investigador del grupo Energeia de la Universidad EIA y quien también participó en el proyecto, el tema de la energía solar es una tendencia que cada vez tiene menos misterios y más bondades por los beneficios económicos y con el medio ambiente: “Un proyecto de energía solar hoy en día no tiene ciencia. Cualquier persona en cualquier parte puede montar paneles solares y tiene beneficios muy claros en términos de ahorro en la factura y en sostenibilidad. Hoy la energía solar para cualquier usuario es más barata que la energía de la red y hay fuentes de financiamiento y un protocolo muy claro al respecto”, explica.
El proyecto de energía transactiva del que hace parte Casa Kolacho, explica Ortega, va un paso más allá porque implica una red con usuarios interconectados: “Lo valioso de la energía transactiva es que se generan características en la energía que antes no tenía. Este es un piloto, pero podría implementarse una especie de certificado de origen y que uno sepa a quién le compra o le vende la energía y ahí es importante el atributo de energía renovable o con causa social”, cuenta el académico.
Una encuesta realizada por EPM y la Universidad EIA, entre 1101 usuarios de servicios públicos de todos los estratos, arrojó que la gran mayoría estarían dispuestos a pagar hasta un 20% más por energía completamente renovable o un 18% más por energías que tengan detrás una causa social o que sean generadas por cooperativas. Muestra que la energía peer to peer (p2p) es una tendencia mundial que podría masificarse y que tiene como uno de los referentes actuales a una casa cultural en la comuna 13.