En 2019, la Plaza Minorista celebró su aniversario 35. Conozca la historia de este tradicional ícono del comercio campesino y de pequeños empresarios.
Por: Laura López
Se destaca que hoy, tras 35 años de creado, conserve su capacidad de atraer todo tipo de público para realizar sus compras, y que los comerciantes conserven su espíritu de servicio y calor humano.
Inicialmente la administración estaba en cabeza de Empresas Varias de Medellín, hasta que en 1994, con la expedición de La Ley 142 de los servicios públicos domiciliarios, dicha institución tuvo que dejar esta labor para enfocarse en el objeto social que le reglamentaba la ley.
Ante esta situación, los comerciantes, de una manera acertada, lograron un proceso de asociatividad para conformar una precooperativa, que inicialmente estuvo constituida por 32 de ellos, seleccionados de forma democrática por cada sector que hace parte de este lugar.
Iniciaron con unos talleres con Emvarias, en el marco del programa de las Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para formarse en procesos administrativos y de cooperativismo. En 1995, se estableció la cooperativa Coomerca y en 1997 se inició formalmente la administración de la Plaza por parte de esta organización.
“Una de las consideraciones importantes de estos 35 años de la Plaza Minorista es la capacidad que se tuvo de asociatividad, porque en ese momento era muy difícil para la ciudad logar esto, debido al contexto de violencia y criminalidad que se vivía”, expresa Edison Palacio, director operativo de Coomerca, Plaza Minorista.
Otro de los aciertos es la recuperación económica que vivió la Plaza, pues el último año bajo la administración de Emvarias dio pérdidas por cerca de $1.500 millones. Sin embargo, un año después de que Coomerca iniciara su labor, generó los primeros excedentes por $15 millones.
Transformaciones físicas y sociales
Las transformaciones que ha sufrido La Plaza en estos 35 años, van desde lo administrativo hasta la infraestructura. Una muestra de estos son los conceptos de modernización y de automatización de procesos. Haciendo un comparativo con otras plazas del país, se puede resaltar que La Minorista es una de las pocas que tiene el piso embaldosado, iluminación tipo Led, que permite el ahorro de energía, cuenta además con un sistema de seguridad con tecnología de monitoreo de cámaras, el cual tiene reconocimiento facial y grabación en alta definición. También se han implementado procesos sociales y de mercadeo, que han permitido incrementos comerciales.
Comprar en la Plaza Minorista es comprarles a los pequeños campesinos de Antioquia. A diferencia de las grandes superficies que les pagan a sus proveedores a 90 días, La Plaza lo hace de contado. Después del último estudio de mercadeo que realizó Coomerca, se pudo identificar que La Minorista vende sus productos con un porcentaje de descuento entre 30% y 35%, con respecto a los supermercados. De esta manera, continúan siendo reguladores y facilitadores del pequeño campesino y la pequeña microempresa que no puede vender con un plazo de pago de 90 días.
Hoy La Minorista aún conserva el concepto cultural de las antiguas plazas con prácticas como el regateo y la famosa “ñapa” al comprador, a quien le agrada sentir una atención personalizada y no con una fría máquina que da respuesta.
La Plaza Minorista es un ejemplo en la ciudad, por las transformaciones sociales y de seguridad que ha tenido durante su historia”. Henry Alberto Pérez Bolívar, vicepresidente de Coomerca.
Allí las personas pueden encontrar frutas, verduras, abarrotes, granos, carnes, pescados, mariscos, que cumplen con los requerimientos sanitarios, conservando la cadena de frío. También hay una amplia oferta gastronómica con restaurantes tipo gourmet, que ofrecen platos antioqueños y del pacífico.
Otra de las grandes fortalezas es que es un lugar seguro para clientes y para quienes trabajan allí. Pasó de ser un espacio con mucha violencia en los 90, a tener altos indicadores de seguridad por el esquema de manejo actual. “La Plaza ha mejorado significativamente en seguridad interna y en el aseo” destaca José Herrera, comerciante con permanencia en La Minorista hace más de 18 años.
Generación de empleo
Este lugar tiene 3.300 locales, unos de gran tamaño otros con menos. En cada local se calcula que hay dos personas trabajando, por lo que puede generar más de 10.000 empleos directos y cerca de 15.000 indirectos. Adicionalmente, Coomerca tiene un total de 162 colaboradores. Además, hay jóvenes independientes que ayudan a los clientes con llevar sus paquetes del mercado.
Hay un comercio de ropa usada que en este momento llega a los municipios más pobres del país, en zonas de la costa y el Chocó, con ofertas de muy bajo costo. La Plaza, además, ofrece productos electrodomésticos y de telefonía móvil que complementan la mezcla comercial.
“Para nadie es un secreto que al inicio era un caos, pero después de que empezamos a administrar nosotros mismos el cambio fue positivo. Somos reguladores en la canasta familiar. Se estima que la Plaza es visitada diariamente por cerca de 20.000 personas”, afirma Henry Alberto Pérez, vicepresidente de Coomerca.
Es así como después de 35 años este espacio continúa teniendo la fidelidad de sus clientes y se ha convertido en tradición antioqueña, por eso, no solo es visitado por personas de Medellín, sino también por extranjeros, quienes buscan conocer uno de lugares ícono del comercio campesino de la ciudad.
La defensa del centro, de los comerciantes, de los habitantes, la promoción de este sector como el más importante de la ciudad, la realización de proyectos e investigaciones que han aportado a su desarrollo, entre otros, hacen parte de la herencia que Corpocentro ha dejado a Medellín durante cinco lustros.