El 30 de enero el alcalde de la ciudad, Daniel Quintero, anunció un plan de choque para recuperar la seguridad en la Plaza Botero y el 6 de marzo anunció otro plan de choque para tapar todos los huecos en las vías de la comuna 10. Hasta ahí podría decirse que es loable la intención de atacar los problemas que tiene el centro de Medellín.
Sin embargo, en el primer caso que concierne a la Plaza Botero, los resultados pueden ser muy positivos en cuanto a hurtos y delitos menores en el perímetro de dicho cerramiento, pero la verdad es que la delincuencia y las problemáticas que se pretendían atacar, solo se han trasladado unos cuantos metros sin que en realidad se hayan solucionado de fondo. Son múltiples las voces que han pedido terminar con dicho cerramiento, pero el alcalde se mantiene en su decisión, al parecer sin escuchar a la comunidad.
Con respecto a los huecos, el centro pedía a gritos acciones urgentes para mejorar la malla vial, la cual no tenía mantenimiento desde hace cuatro años y que mostraba un avanzado deterioro. Si bien el 18 de marzo se anunció que la comuna 10 era la primera zona de la ciudad sin huecos, la realidad es otra: aún persisten sectores donde las cuadrillas de la Secretaría de Infraestructura no llegaron, especialmente en los barrios San Diego, Las Palmas y Perpetuo Socorro, donde persisten calles con afectaciones importantes.
Como estos dos casos, el centro requiere más planes de choque porque en muchos aspectos la situación es muy delicada. Proponemos al alcalde Quintero, acciones en estos temas:
Habitantes de calle: desmantelar el Bronx, atacar la creciente olla de vicio de Niquitao, mejorar las condiciones de seguridad de los conductores que transitan por la avenida regional y buscar alternativas para la recuperación de los más de siete mil personas que deambulan por la ciudad.
Inquilinatos y hacinamiento de personas migrantes y de bajos recursos: con la pandemia, el número de personas que habitan inquilinatos en todo el centro de la ciudad ascendió a cerca de 45.000, muchas de ellas en condiciones de alta vulnerabilidad que requieren mayor atención. Debe buscarse cómo lograr el retorno de los migrantes que quieren volver a sus sitios de origen, así como controlar que los inquilinatos sean más dignas, con mejores condiciones de salubridad y que no se vulneren los derechos de los niños que allí habitan.
Mal parqueo y bloqueo de vías: es evidente que los grandes trancones del centro se están generando por falta de acciones de autoridad. Cada vez es más común encontrar parqueo de motos y carros en la vía pública, bloqueo de las intersecciones por conductores de servicio público especialmente, a quienes no les importa impedir el tránsito de otras personas. Un plan de choque de largo aliento permitirá restablecer las condiciones para un tráfico fluido en la comuna 10.
Espacio público: En los últimos tres años la ciudad pasó de tener cerca de 20 mil ventas informales a casi 35 mil, muchas de ellas en el centro. Caminar por las aceras se ha vuelto casi imposible y pone en riesgo la integridad de las personas, especialmente adultos mayores. La administración distrital debe avanzar en la búsqueda de llevar a la formalidad (empleos, proyectos productivos o asociativos) a una parte de los venteros informales que ocupan las calles. Un plan de choque en este sentido beneficiaría a las personas más vulnerables.
Así pues, el centro requiere acciones urgentes en muchos sentidos. Los planes de choque pueden ampliarse si existe la voluntad política para hacerlo.
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