Por Valentina Castaño
El despertar de Plaza Botero, uno de los parques más emblemáticos del centro de Medellín, ocurre rápido y es fácil perdérselo para el que no está atento. Sin preámbulos, la tenue luz azulada de las cinco de la mañana da paso al calor del sol y del tinto de las seis.
Pronto, las personas comienzan a inundar el ahora cercado perímetro, muchos llevan las miradas perdidas en sus teléfonos, otros en el libro o el periódico que leen sentados en alguna banca, todos se ven tranquilos, protegidos por una barrera que parece separarlos de la convulsión que sucede a escasos pasos de sus límites.
A la misma hora, la situación en el Parque Bolívar es muy diferente. Decenas de personas que pernoctan en el lugar comienzan a despertar entre cambuches y humo de pipas. El atrio de la imponente Catedral Metropolitana hace las veces de tocador para muchos de ellos, quienes se explayan con sus pertenencias en medio de los escalones.
Las personas que atraviesan el parque solo de paso lo hacen de forma rápida y asidos a sus pertenencias, y aquellos ya mayores que por costumbre todavía van al Bolívar para sentarse, leer y comenzar una tertulia, lo hacen entre basura y mobiliario en mal estado.
Si los parques son los lugares donde convergen las distintas miradas y dinámicas de una comunidad, si se supone que sean ambientes para el disfrute y el desarrollo social, ¿qué está pasando con los del centro de Medellín?.
Una mirada general
Entre plazas, plazuelas y parques, la Comuna 10 (La Candelaria), tiene un total de unos veinte espacios. Y aunque algunos son tan famosos como concurridos, por ejemplo, el Bolívar o el Berrío, otros no son tan conocidos, pero tienen problemas igual de grandes.
Un ejemplo de ellos es la Plazuela de Zea, nombrada en honor al destacado ciudadano medellinense, Francisco Antonio Zea y ubicada en el barrio San Benito. Esta enorme placa de concreto, repleta de jardineras y árboles, fue completamente restaurada hace no más de cuatro años, fue una de las últimas obras del exalcalde Federico Gutiérrez para la ciudad.
Sin embargo, y pese a que se hizo una inversión de al menos cuatro mil millones de pesos, el proyecto nunca pudo ser entregado a la ciudadanía debido a que no lograron la intervención social que requería la zona. El lugar quedó, y todavía se mantiene, repleto de basura, cambuches y personas que consumen sustancias psicoactivas las 24 horas del día sin que nadie les ponga un alto.
A diferencia de la Plazuela de Zea, otros espacios como el Parque Obrero, ubicado en el barrio Los Ángeles, sí han logrado ser apropiados de forma consecuente con sus funciones por los residentes del sector.
Pero, aunque cada tarde el parque se ve hermoso al ser besado por el sol del poniente mientras los niños corren y los adultos conversan o hacen ejercicio, es imposible ignorar la condición del mobiliario urbano que pide a gritos ser intervenido.
Incluso los parques más nuevos, como el inaugurado hace dos años en Prado Centro, presentan deterioro tanto físico como social.
La Gerencia del Centro coincide con esta observación, “Constantemente realizamos diagnósticos en los puntos priorizados por la comunidad. En estos se ha evidenciado daños en mobiliario urbano, mala disposición de residuos y otras situaciones que afectan la percepción y el disfrute de los parques, es por eso por lo que creamos las Brigadas Centro ConSentido, que se enfocan en dos frentes:
- Mejorar el estado de los parques.
- Crear una cultura ciudadana alrededor de su cuidado y apropiación”, explicaron voceros de la dependencia.
Sin embargo, estas acciones no son más que paños de agua tibia ante una situación que es evidentemente crítica. Tanto los habitantes como los visitantes del centro de Medellín están en derecho de contar con espacios de esparcimiento y desarrollo de la personalidad que tengan condiciones dignas.
¿Qué hacen los responsables?
Como se mencionó anteriormente, la Gerencia del Centro, en articulación con diversas dependencias de la Alcaldía de Medellín, implementa las Brigadas Centro ConSentido como estrategia para mejorar los parques del centro y sus alrededores.
Además de acciones de restauración, limpieza y mantenimiento, las brigadas incluyen sensibilizaciones y capacitaciones para la comunidad aledaña, con el fin de sembrar el sentido de pertenencia, el cuidado del espacio público y otras acciones de cultura ciudadana para una mejor convivencia.
Si bien estas intervenciones generan un impacto significativo ya que ayudan a revitalizar los parques, se quedan cortas cuando los problemas abarcan ámbitos tan delicados como el microtráfico, los hurtos o las extorsiones.
Es evidente que hace falta compromiso de parte de los organismos de seguridad. Al ser cuestionados por respecto a las acciones que se están tomando para atender las problemáticas en los parques del centro, el Mayor Henry Orlando Jaramillo Ortega de la policía Metropolitana respondió que “Pueden estar tranquilos, tenemos una reacción motorizada que está pendiente de ustedes en los puntos más álgidos del crimen en el centro.
Gracias a las acciones que venimos implementando, realizamos 50 capturas ciudadanas por diferentes delitos en el último mes, la incautación de dos armas de fuego, múltiples armas blancas y grandes cantidades de estupefacientes”.
No obstante, los ciudadanos no se sienten tranquilos. Leidy Villa, quien trabaja en uno de los negocios del parque San Antonio, comentó que “La vigilancia de la policía aquí es un chiste. Todos saben muy bien que este parque es un atracadero a cualquier hora del día, pero los policías pasan un ratico, si mucho los ve uno dos veces al día dando ronda, y apenas se van vuelven y salen los ladrones para seguir en lo suyo”.
Se hace entonces necesario y urgente, implementar acciones contundentes que estén enfocadas en la transformación integral de los parques del centro, a través de procesos de atención a la seguridad, limpieza, cuidado de zonas verdes, mantenimiento de mobiliario urbano y otras actividades que fomenten la participación comunitaria, el sentido de pertenencia y la colaboración en la creación de un entorno agradable para el disfrute de todos.
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