Por Valentina Castaño
En el 2021, Medellín destinó $98.422 millones al cuidado y reparación de su malla vial. En el 2022 la cifra fue cercana los $74.405 millones para reparar el asfalto deteriorado. Estas inversiones hacen parte de los $394.000 millones destinados para tal misión en el cuatrienio, monto que es el más alto para este fin en las últimas décadas.
Si es cierto que esta administración ha invertido y trabajado por el cuidado de las calles de la ciudad más que sus predecesoras, ¿por qué entonces la ciudadanía se queja de que hay más huecos que nunca?
“Sí se ha notado más el daño en las vías en esta administración que en otros periodos”, expresa Diego Mejía, miembro del Sindicato Nacional de Transportadores de Antioquia y taxista hace más de 30 años. Por su parte, Juan Ignacio Valderrama, miembro de la Asociación de Motociclistas de Antioquia (Amat), opina que “definitivamente algo está pasando, cualquiera que vaya en moto, o incluso en carro, corre peligro por la condición actual de las vías”.
¿Qué está deteriorando el asfalto?
Una de las hipótesis que se tiene respecto al daño desmedido de la malla vial en Medellín, son las fuertes lluvias que han azotado al Valle de Aburrá en los dos últimos años, principalmente en el 2022.
De acuerdo con el SIATA (Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá), en un marzo típico el promedio de lluvias en el centro del aburrá es de 100 mm., mientras que en marzo de 2022 se reportó un acumulado de 140 mm.
Es una realidad que el asfalto puede deteriorarse de forma más rápida cuando está en contacto prolongado con el agua. Ya sean charcos en la calle o agua corriendo sobre el asfalto, es importante que las vías se drenen rápidamente, algo que no está sucediendo en la ciudad puesto que muchos de los sumideros (por donde se va el agua a la alcantarilla) que maneja EPM en Medellín están bloqueados, ya sea por tierra o basura.
Al no drenarse a tiempo, el agua contribuye a la oxidación de la capa asfáltica, especialmente cuando penetra a través de esta; sin embargo, el efecto más dañino surge al combinar el agua con las cargas de tráfico, ya que este líquido permanece en los poros y fisuras del pavimento por efecto de la presión de los neumáticos, lo que genera una presión de vacíos que gradualmente destruye el asfalto.
¿Qué hace la ciudad?
El 2023 comenzó con la noticia de que la administración duplicará el número de cuadrillas que intervienen huecos en el territorio:
“Yo autoricé duplicar el número de cuadrillas. Un tema importante es que las cuadrillas hacen un trabajo muy bueno cuando pasan sobre la vía, pero en esos huecos de alto riesgo que se haga un tapado previo de seguridad, luego la cuadrilla pasará para repavimentar de forma completa”, expuso el alcalde Daniel Quintero Calle.
De acuerdo con el mandatario local, actualmente la Administración Distrital está desarrollando un ejercicio de depuración de la base de datos que recopila la cantidad de huecos, con el objetivo de identificar el número real que se deben intervenir y así priorizar las acciones en articulación con distintas secretarías y entes descentralizados.
Del mismo modo, argumenta que las demoras en reparaciones muchas veces se presentan por líos con los contratistas, ya sea que estos abandonan la obra o que hay daños posteriores a sus trabajos a los que se les debe pedir garantía.
Y aunque parece que se está tomando acción importante, las medidas no son nada que no se haya visto en el pasado, solo el tiempo dirá si son suficientes para resolver esta problemática creciente.
En Centrópolis hicimos un recorrido por las calles del centro para identificar huecos y daños en el pavimento que aún no se reparan y esto fue lo que encontramos: