Para nadie es un secreto que la movilidad en el centro de Medellín es caótica y la situación ha empeorado en los últimos años, tal y como lo hemos narrado en las páginas de CENTRÓPOLIS a través de artículos periodísticos y editoriales que muestran la situación, especialmente en el centro tradicional.
El Plan de Ordenamiento Territorial, aprobado en diciembre de 2014, invirtió lo que los expertos llaman la “pirámide de la movilidad”, dando prioridad en este orden: a personas, ciclistas, transporte público masivo, transporte público individual, y por último, carros y motos particulares. Si bien este es un objetivo plausible y que va en el mismo sentido de proteger el medio ambiente, aún está lejos de lograrse, y mucho más en el centro, donde los cambios solo son palpables en la reducción de carriles en los sectores donde se llevan o han llevado a cabo obras por parte de la Alcaldía, en su plan de renovación del centro, o la generación de algunas nuevas ciclorrutas.
Es así como se ha presentado reducción de carriles para transporte motorizado en las calles 45 (Amador), 46 (Maturín), 51 (La Playa), 55 (Perú) y carreras 42 (Córdoba), 49 (Junín), 51 (Bolívar), 52 A (Alhambra), por mencionar algunos casos en los que el peatón tendrá más espacio para disfrutar el centro, eso sí cuando haya control efectivo a las ventas informales no autorizadas que ocupan cada acera.
Estamos de acuerdo que, en un futuro, nuestro centro tendrá que ser más caminable y que quienes utilizan transporte motorizado particular deberán cambiar el chip y utilizar otros sistemas de movilidad, pero este ideal debe ir acompañado, con urgencia, de medidas que hagan más atractivo el transporte público, que conviertan a este en un medio digno para la población, en el que haya respeto por el usuario, por la ciudad, por el medio ambiente.
En ese sentido, el empresariado y habitantes de La Candelaria, siguen esperando conocer el estudio de movilidad que desde hace un par de años la Administración Municipal contrató para tomar las medidas en torno al transporte público y particular en el centro, con el cual se reorganizarán las rutas de buses. Este insumo no solo es fundamental para la Alcaldía, sino también para el comercio organizado, pues de allí podrán desprenderse decisiones en cuanto a inversiones o desinversiones en este sector de la ciudad.
Casos críticos como el de la carrera El Palo, por la cual circulan cerca de 30 rutas de buses, o la Avenida Oriental en la que pronto se disminuirá un 25% la capacidad con las obras de construcción de la troncal de Metroplús, demandan que la Alcaldía dé a conocer cómo se reorganizará el tráfico en el centro, y que esta no sea una decisión que quede en manos del nuevo gobierno, pues con seguridad está tardaría mucho tiempo, mientras entra a revisar los estudios y a corroborar la situación en campo.
Son ya muchos años de espera por la reorganización del tránsito en esta comuna. Sin más dilaciones se requieren soluciones de fondo que permitan desatascar el tráfico y que la economía del centro no siga siendo golpeada y muestre, por fin, signos de recuperación.