Mujeres que trabajan por mujeres, así se define “Callejeras” un colectivo feminista que hace labor social en el centro de Medellín y le apuesta a la Sororidad.
Por: Tatiana Balvín
Desde hace dos años y medio un grupo de antropólogas, enfermeras, psicólogas, artistas y comunicadoras se unieron con el propósito social de crear redes de cuidado para las habitantes de calle mujeres. Frecuentemente se reúnen en las tardes y algunas veces en las noches para llevar actividades de toda índole a sectores como Niquitao y Parque Berrío. El objetivo es atender a las mujeres y apropiarse, sin miedo, de los espacios.
El temor femenino por estar en la calle es otro de los paradigmas que las Callejeras quieren eliminar con sus encuentros. “Hay que apostarle a la apropiación del espacio público porque históricamente nos ha sido negado, es darnos un lugar importante dentro de la construcción de ciudad, uno más acorde a lo que soñamos y necesitamos”, explica Daniela Araque, una de las fundadoras del Colectivo.
El centro para ellas es un espacio por indagar y resignificar, diariamente le apuestan a construir y dejar huella para que en algún momento este sector sea menos agreste para las mujeres. “La Comuna 10 es mas violenta contra nosotras que para los hombres”, explica Araque.
Entre las múltiples actividades que realizan en la calle, este colectivo también lleva a las mujeres herramientas de lectura, escritura y oralidad, esta es una de sus apuestas de apropiación del espacio público a través del arte y la cultura. “Muchas no saben leer por ejemplo, o por no saber escribir no pueden narrar, o no pueden contar una historia. Esto es importante porque las mujeres además se llevan herramientas psicosociales”, dice Tatiana Herrera vocera del colectivo.
Han construido redes sociales, periódicos, cuentos y podcast con las historias de las mujeres en el centro de la ciudad, de cómo lo perciben y también de cómo hacerlo más ameno para todas.
Utilizan la metáfora de “Flores que rompen el Asfalto”, para dar cuenta de ese sueño que forjan: construir un centro de Medellín en el que de a poco las mujeres puedan vivir más tranquilas, felices y donde todas y todos puedan caber.
Además de la sociedad civil ¿Qué se está haciendo en el centro para garantizar espacios seguros para las mujeres?
Desde la administración municipal también se han preocupado porque las transeúntes se empoderen y tengan tolerancia cero de acoso y violencia sexual en los espacios públicos y en este momento hay activos cuatro mecanismos de atención y protección.
“Nos importa la seguridad, la vida y garantizar los derechos de las mujeres que habitan la Comuna 10, hemos activado la campaña Libres de Violencias que busca prevenir; también nos hemos articulado con las mujeres de Asotintos para tomarnos un café entretanto hablamos de masculinidades responsables y no violentas” dice Angélica Ortiz, secretaria de las Mujeres de Medellín.
Durante 2022 y lo que ha transcurrido de este año, 537 mujeres de la comuna 10 – La Candelaria han sido atendidas a través de la línea 123 mujer, una cifra que denota un aumento de la demanda de este mecanismo de garantía de derechos frente a las violencias basadas en género. De estas recibieron atención 349 mujeres; además atendimos a 161 en el mecanismo en psico-jurídica; 16 recibieron protección temporal en hogares de acogida y 11 mujeres fueron atendidas desde el mecanismo de defensa técnica en procesos de representación legal.
¿Cuál es la situación real de las mujeres que habitan o transitan en el centro?
El Parque de Berrío, la Playa con Junín, el Parque San Antonio y Carabobo son los lugares de la Comuna 10 donde más se presentan violencias basadas en género en el centro, de ahí que sean necesarias campañas o activaciones para enseñar cómo actuar y cuáles rutas activar al detectar situaciones que pongan en riesgo la seguridad y la vida de las mujeres.
Una tarea que emprende de manera rigurosa por estos días la Secretaría de las Mujeres de Medellín, además de velar por la garantía de los derechos, es la intensificación de las conversaciones en torno al cuidado y al trabajo no remunerado con actores territoriales para hacer respetar los derechos.
“Nos hemos articulado con la JAL, Mesa de Derechos Humanos, la Estación de Policía Parque Berrío, entre otras instituciones de la Comuna 10 y también hemos realizado diálogos móviles y talleres con conductores de transporte público individual o colectivo con empresas como Transconor, Cootransmallat, Conducciones Palenque Robledal, Aranjuez Anillo, Aranjuez Santa Cruz”, enfatiza Ortiz, la Secretaria de Mujeres de Medellín.
En resumen, hoy hay dos frentes, uno organizativo de la sociedad feminista y otro institucional, ambos con un objetivo común que es popularizar la consciencia de género en el centro y eliminar poco a poco en las cotidianidades los comportamientos que impiden el desarrollo de las mujeres como transformadoras de realidades.
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