No solo la pandemia, sino muchos otros males, le están dando una muerte lenta a sitios icónicos en el centro de Medellín. Y si bien esa desaparición de reconocidos nombres comerciales y culturales de nuestra comuna se han dado en medio de la crisis mundial más grande vista por el mundo entero a raíz del COVID-19, estas entidades desaparecen en parte porque las acciones desde la institucionalidad, léase administración municipal y Policía Nacional, no han sido contundentes para proteger a los actores formales del territorio.
Y si hacemos memoria, no es solo esta administración o esta comandancia de la Policía Metropolitana, también recae responsabilidad en las pasadas, que no tomaron las decisiones necesarias para disminuir grandes problemáticas de seguridad, extorsión, movilidad, habitantes de calle, invasión de espacio público, entre otros aspectos que históricamente han aquejado a los empresarios de los 17 barrios de nuestra comuna, y que se expandieron a otras zonas de la ciudad. No es sino ver como se ha replicado la preocupación en los comerciantes de sectores cómo El Poblado, Laureles y Belén, solo por mencionar tres comunas que albergan gran parte de la dinámica comercial de la ciudad.
Vale la pena recordar nuestra edición de julio de 2021 en la cual reseñamos el cierre del Gran Hotel, ubicado en la avenida Oriental con Maracaibo, que
por 55 años fue un referente del sector turístico en la ciudad. En ese momento, las directivas del hotel expresaron a CENTRÓPOLIS que su cierre se debía no solo a la pandemia sino a los diversos problemas del centro. Por años fuimos testigos del clamor de sus dueños ante las administraciones de Aníbal Gaviria y Federico Gutiérrez para que se diera solución a la parahotelería, a las ventas informales, microtráfico, entre otros, que ocasionaban cancelaciones de reservas de turistas nacionales y extranjeros por la mala prensa de nuestro centro en todos los medios de comunicación.
Hace un par de semanas, también cerró sus puertas otro icónico lugar, esta vez en el más importante y reconocido pasaje peatonal del centro -Junín-. Allí, luego de 75 años dejó de existir Almacenes Sterling, un lugar que fue referente de moda. Apostado a un lado de la Repostería El Astor y frente al Club Unión (hoy centro comercial), este importante almacén vistió a varias generaciones de dirigentes públicos y privados y quien quisiera tener prendas de calidad, así lo demostraba su slogan “la exclusividad es un privilegio”.
También se anunció en los últimos días que el sábado 27 de noviembre, el grupo Teatriados presentará por última vez su obra “comedia salvaje”, con lo
que dará fin a una historia de 19 años de apostarle al centro, esta vez en el barrio Prado. Y su crisis no es la única del sector cultural, como ellos muchos otros colectivos e instituciones podrían estar próximos a cerrar si su situación económica no mejora antes de finalizar 2021.
Ponemos de ejemplo estos tres casos porque es apremiante que desde la Alcaldía de Medellín se tomen acciones contundentes para proteger a los pequeños y medianos empresarios que generan empleos y pagan impuestos, antes de que sea demasiado tarde y sigan muriendo lentamente los negocios y entidades que le han dado lustre al centro de la ciudad.
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Triste visitar todos los sitios que “fueron” emblemáticos en El Centro de Medellín y que supuestamente “son” patrimonio, muestran una falsa realidad a través de hermosas fotografías pero dejan un sin sabor y una gran vergüenza por haber querido mostrar a foráneos a visitar esos sitios patrimoniales que hoy son El Centro de indigencia, droga, basura y prostitución . #elcentrosinsentido #centroconsentido
Los 4 pilares de El Centro en su orden Drogadicción (venta con consumo exagerado) , basura, indigencia y prostitución