Por: Diana Isabel Quintero R.
Carlos Julián Gallego Duque, Ingeniero de instrumentación y control, docente de la facultad de Ingenierías de la Universidad Autónoma Latinoamericana, sostiene que dentro de los desafíos de la Industria 4.0, las universidades deben dar un salto a formar, no los profesionales que hoy se necesitan, sino los que se van a necesitar en los próximos años. “Si bien se ha dicho que la idea no es desplazar mano de obra, personal calificado o cualificado, sí tenemos que empezar a prepararnos para los nuevos puestos de trabajo que se van a abrir”, señala.
Y agrega: “nuestra universidad, especialmente la facultad de Ingeniería ha dado un vuelco total. En este momento tenemos el primer programa de Ingeniería Industrial en Colombia, declarado desde su documento maestro en Industria 4.0. Adicionalmente, el programa de Ingeniería Informática también se ha visto permeado, y estamos en este momento en un proceso de actualización de micro currículos, dándole ese énfasis. Dentro de las áreas de profundización de Ingeniería Informática tenemos seguridad informática y nuevas tecnologías. Dentro del grupo de investigación tenemos dos líneas que apalancan ese proceso, que son desarrollo industrial y desarrollo tecnológico”.
En opinión de Giovanny Orozco, vicerrector académico de la de Uniremington, se le debe entregar a la sociedad un profesional “tremendamente flexible, capaz de adaptarse al medio, de absorber ese conocimiento que se está produciendo todos los días”. Según el directivo, eso se logra “teniendo una mentalidad muy abierta, y una fuerte disciplina de estudio para actualizarse permanentemente”.
En ese mismo sentido, Gallego Duque subraya que, por su formación, desde hace más de veinte años viene trabajando con robótica, con automatización y con domótica. “Para mí no es nueva la industria 4.0, aunque es un término de moda en este momento. Lo que sí trae de nuevo es lo referente a la conectividad, porque todo genera información y la necesidad de estar conectado” Y explica: “esta forma de consumir tecnología cambia patrones de conducta en la sociedad, entonces tenemos que repensarnos, reinventarnos y hacer las cosas distinto”.
Marco Antonio Vélez Bolívar, ingeniero industrial, docente la Universidad Autónoma Latinoamericana, anota que esa institución se propuso formar, no solo a los estudiantes, sino también al sector externo. Este año culminó la primera cohorte del diplomado de Industria 4.0 con estudiantes del sector bancario, la Alcaldía de Medellín, la Gobernación de Antioquia y de la propia universidad. “Les dimos los temas más pertinentes sobre la cuarta revolución industrial, que realmente es una unión de varias tecnologías, todas enfocadas en la conectividad.
El diplomado lo volveremos a hacer el próximo año, con un carácter más específico de lo que el entorno necesita”, detalla. “Desde el año pasado dicto clase a estudiantes del primer semestre, donde el desconocimiento sobre este tema es total. Sin embargo, cuando uno les va explicando se dan cuenta de que, aunque en el vocabulario no lo tienen articulado, si son tecnologías que han utilizado o escuchado. El estudiante, que en nuestro caso es de quince o dieciséis años, es muy abierto a las nuevas tecnologías, por lo que adecuarse a este nuevo escenario le es muy fácil”, afirma el profesor Vélez Bolívar.
Ricardo Augusto Calle Paniagua, docente de la facultad de ciencias empresariales de la Universidad de San Buenaventura comenta: “Nosotros nos tenemos que repensar como facultad para darle respuesta al contexto, a las empresas. Por eso hemos rediseñado nuestros programas, nuestros currículos. Conceptos como Inteligencia artificial, Blockchain, Internet de las cosas, no pueden ser ajenas a nuestro estudiantado. Por eso cada asignatura se vuelve mucho más práctica, manejando todos estos instrumentos y herramientas que nos está brindando ahora la tecnología”, destaca.
En lo que todos los entrevistados coinciden es en que las universidades tienen ante sí un reto de enormes proporciones. La Cuarta Revolución Industrial, además de cuestionar los modelos educativos, modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos.