Por: Carlos Torres
Un miércoles del mes pasado me detuve a las 6:20 de la mañana en el semáforo que queda al frente del Éxito de San Antonio, en la Avenida Oriental hacia el norte, ocupando el carril izquierdo (el más cercano al separador).
En instantes, se acercó a mi automóvil un tipo con buzo de capucha y hurtó el espejo del retrovisor de mi carro. Inmediatamente lo arrancó salió corriendo hacia San Juan. Yo tenía el vidrio de la ventana arriba, de lo contrario no sé qué hubiera sucedido. Nadie actuó. Yo pité para alertar.
Esta no es la primera vez que sucede algo así, algunos compañeros de trabajo han contado con peor suerte y les han hurtado el retrovisor completo.