Según el último censo del DANE, cerca de 86 mil personas habitan el centro de Medellín; sin embargo, esta cifra es mucho mayor debido a la llegada de nuevos habitantes a nuestro territorio, especialmente personas migrantes, que encuentran aquí su nueva vivienda.
Nuestra comuna es completamente urbana, hay mucho concreto, pocas zonas verdes y las actividades económicas de los residentes y visitantes están desligadas del agro.
Sin embargo, como toda la capital paisa, la Comuna 10 no está fuera de riesgo en cuanto a inseguridad alimentaria se trata. De hecho, muchos de sus habitantes residen en inquilinatos o habitaciones subarrendadas ya que carecen de los recursos económicos necesarios para acceder a una vivienda digna, lo que lleva a pensar que también es complicado para ellos poner comida en la mesa tres veces al día.
Una de las estrategias que se ha comenzado a implementar ampliamente en las zonas urbanas de diferentes partes del mundo para hacerle frente a problemáticas como el desabastecimiento, o la inflación en los precios de los alimentos, son las huertas urbanas.
Se trata de cultivos que se realizan dentro del hogar aprovechando el espacio disponible y sin importar si se trata de un apartamento o una casa. Las distintas modalidades que se utilizan para realizarlos, como el cultivo en canastas, muros, estructuras de PVC o materas colgantes, son versátiles y facilitan que puedan llevarse a cabo en casi cualquier sitio que tenga buena luz solar.
La difusión de esta práctica en los barrios residenciales de la comuna 10 (La Candelaria) puede sin duda convertirse en una herramienta que ayude a mitigar la inseguridad alimentaria en esta zona de la ciudad. Incluso podrían implementarse estrategias como las huertas urbanas comunitarias, donde no es un único individuo quien las realiza, sino que varias personas de un mismo barrio o sector se ponen de acuerdo y destinan un espacio compartido para sembrar, cuidar y cosechar en conjunto, repartiéndose tanto las responsabilidades diarias como los alimentos que se cultivan.
De hecho, este tipo de huertas no son desconocidas en el territorio. Un ejemplo perfecto es la que existe en el Museo Casa de la Memoria ubicado en el barrio Boston. Allí, entre calles y carros, prospera un cultivo urbano del cual se encargan personas de la comunidad. De este han salido todo tipo de frutas y hortalizas: ajíes, pimentones, cebolla, frijoles de varias clases y tomates, son solo algunos de los productos que los ciudadanos que participan de este proyecto han podido recolectar.
Y aunque para algunos el tema de la cosecha puede sonar como algo complicado, es mucho más simple de lo que parece, especialmente en la ciudad de la eterna primavera, donde la temperatura es templada y hay pocos días en los que no brilla el sol.
Es por esto que con el proyecto Huertas Urbanas que dan Vida al Centro de Medellín, el Periódico CENTRÓPOLIS busca exponer la facilidad con la que se pueden ejecutar los cultivos caseros e incentivar en los habitantes de la comuna ese deseo por recuperar la soberanía de lo que consumen en sus cocinas, por retornar lentamente a la autosuficiencia y por hacer del territorio un lugar donde la inseguridad alimentaria no sea una preocupación para nadie.
El proyecto, ganador de la convocatoria Medellín Palpita desde sus Territorios, de la Secretaría de Comunicaciones de la Alcaldía de Medellín, le ha permitido Al Periódico CENTRÓPOLIS realizar cinco charlas con la comunidad de barrios como Prado, Villanueva, Bomboná, entre otros, para enseñar el cultivo de huertas en casa, en las cuales participó más de un centenar de personas. Además, se incluye la difusión de artículos y videos que explican diferentes aspectos de los cultivos urbanos.
Todo el material sobre el proyecto puede ser consultado en nuestra página web www.centropolismedellin.com
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