Estamos pasando por el tercer pico del Covid-19 en nuestra ciudad. Desde la Semana Santa hemos tenido de nuevo toques de queda más prolongados con las afectaciones que ello conlleva a la economía local, mientras que las clínicas y hospitales empezaron a declararse en emergencia ante la imposibilidad de recibir más pacientes en los servicios de urgencias, hospitalización y unidades de cuidados intensivos.
Ya en estos días de Pascua empieza también a verse el resultado del relajamiento que muchos ciudadanos tuvieron durante la Semana Santa, cuando en medio de sus paseos y salidas familiares o con amigos, se omitieron los cuidados y protocolos de bioseguridad. Es muy grave incluso que personas con síntomas de Covid y a la espera de recibir los resultados de la prueba, decidieran salir y tener unos pocos días de descanso poniendo en riesgo su salud y la de sus acompañantes, en una gran actitud de irresponsabilidad que puede costar vidas.
Como lo hemos dicho en editoriales anteriores, la economía de la ciudad no aguanta un cierre más, pero por las circunstancias actuales y la imposibilidad de recibir más pacientes en los centros de salud del área metropolitana, es inminente que las restricciones deberán endurecerse.
Por ello, nuestra invitación es a hacer un esfuerzo más de manera individual y colectiva, para salir de esta crisis de salud que vivimos. Se necesita el aporte de todos los ciudadanos, sean jóvenes o viejos, no importa su creencia religiosa o política, todos sin excepción, somos responsables de nuestra salud y la de nuestros familiares. Es el momento más importante del último año, en el que mayor riesgo corremos, en el que muchas personas no alcanzarán a tener una cama hospitalaria para recibir atención médica.
Instamos también a los empresarios, comerciantes y profesionales que tengan personas a su cargo en el entorno laboral, a concertar horarios escalonados que permitan evitar aglomeraciones en el transporte público, que en la medida de las posibilidades se lleve a cabo trabajo remoto y que se conserven las medidas de protección para disminuir el riesgo de contagio. Solo quienes han tenido en su familia casos de Covid-19 saben el sufrimiento que ello implica tanto para el paciente como para la familia. Es fundamental evitar que más personas tengan que vivirlo en carne propia.
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Nos preguntamos ¿Qué más necesita nuestra sociedad para entender que el esfuerzo debe ser de todos y no de unos pocos y que los actos y actitudes de cada persona afectan a la ciudad entera? Un esfuerzo más es lo que requerimos.