Por: Anónimo
La indigencia en el Parque de las Luces cada vez se incrementa más. No solo preocupa la cantidad de habitantes de calle durmiendo allí, sino su comportamiento. Han tomado el Parque como un baño público y el olor a orina y heces es fatal. Este concurrido sitio de la ciudad por caminantes, trabajadores, estudiantes y turistas debería tener una mejor apariencia y regulación, pero al parecer la situación se salió de las manos o las autoridades competentes han decidido ignorarla.
Por la degradación en la que se encuentran no se respetan ni a sí mismos lastimosamente . Hay que vigilar los sitios, llevar a esta gente a sitios dedicados a su cuidado y controlar que no regresen. De ningún modo van a reaprender respeto por los sitios públicos.