Por: Valentina Castaño Marín.
Luego de 55 años de hacer parte de la historia de Medellín, la pandemia y los problemas del centro obligan el cierre del icónico hotel.
A quien pregunte por el Gran Hotel en Medellín, le indicarán que se dirija a la calle Caracas, en su cruce con la avenida Oriental. Allí, flanqueado por torres residenciales, verán elevarse un edificio de 15 pisos con balcones que sobresalen de su fachada. Como ha estado ahí desde la década de los 70, ha albergado en sí no solo huéspedes, sino también incontables memorias de ciudad.
Pero más allá de esa maciza estructura blanca, se encuentra su verdadera historia, de la cual sería imposible hablar sin recordar a las personas que están detrás de su nombre.
Los comienzos del Gran Hotel
En la Medellín de la segunda mitad del siglo XX, en una urbe pujante y con la mira puesta en el desarrollo, Guillermo Uribe Arango era un hombre de negocios, dedicado a su familia y a hacer realidad sus sueños, alguien que representaba a la perfección el ideal antioqueño de progreso.
Si bien Guillermo tenía una cafetería y una joyería que le generaban ingresos estables, su fuerte y pasión era la compraventa de propiedad raíz. De él se decía que era un visionario de cálculos infalibles, por lo que sus allegados se sentían con suerte de poder contar con su asesoría.
Fue de este modo que llegó a la isla de San Andrés, acompañando a un colega que quería ver unos terrenos en venta. “Octavio, no invierta para ese lado que la isla se va a desarrollar es para el otro”, le aconsejó en ese entonces Guillermo a su amigo.
Pese a que pocos creyeron en su intuición, este visionario confió en sí mismo y decidió comprar algunos lotes. Y sobre estos pedazos de tierra insular, el hombre escogió arriesgarse y materializar su idea. Junto al mar fue el nacimiento de un sueño al que le dio el nombre de Gran Hotel.
“Una de sus cualidades era la de ser un visionario. Lo llamaban de un pueblo, y él iba y se montaba en alguna montañita y luego decía ‘esto sí te conviene, por aquí va a pasar una vía´ y uno se quedaba aterrado como a los años lo que decía que pasaría, pasaba”, Cecilia Uribe Mejía.
No hubo que esperar demasiado para ver el fruto de la buena apuesta. Conforme creció la pasión de Guillermo por la hotelería, también creció el éxito de su hotel. Siempre tenía la ocupación completa, ayudado por los múltiples visitantes que llegaban a San Andrés en la búsqueda de productos sin impuestos para revender en el interior del país.
Y para que no le quedarán grandes las tareas que llegaban con el nuevo emprendimiento, Guillermo invito de socio a su hermano. Cuando alguno no podía hacer el vuelo de seis horas en avioneta de dos motores desde Medellín para ir a gestionar el negocio a la isla, el otro se encargaba.
El éxito también dependió de mujeres trabajadoras y determinadas, las antioqueñas Ángela Mejía Vásquez, esposa de Guillermo, y Gisela Vidal Urrea, esposa de Mario. Durante los incontables viajes de trabajo de Guillermo, su esposa se quedaba en Medellín a cuidar de sus hijos, una familia que cada vez crecía más. No pasaría mucho hasta que los hermanos Uribe comenzaron a plantearse la idea de acercar la empresa a Medellín.
También puede interesarle: El centro como termómetro de la moda en Medellín
Traslado a Medellín
Con la idea de traer el hotel a la ciudad, Guillermo compró una clínica de urgencias en Medellín, quedaba en la antigua carrera Caldas, entre la Playa y Colombia, a escasos metros de la clínica Soma. La propiedad nueva era grande, con 11 habitaciones, aunque su creativo dueño terminaría por agregarle un segundo piso, incrementando este número hasta 27. Así, el 9 de octubre de 1965, se abrió el primer Hotel Gran Hotel en la capital antioqueña.
A medida que los hijos de Guillermo crecían, él los involucró cada vez más en el negocio. Él se había encargado de cultivar en ellos la hospitalidad y la importancia del buen trato, procuraba llevarlos con frecuencia de paseo por Colombia para que pudieran experimentar por sí mismos la diferencia entre una buena y una mala atención a los huéspedes. Así, el lema del Hotel se convirtió en “toda una familia a su servicio”.
Solo dos años después de su apertura, se supo que se construiría la avenida Oriental, la primera vía de alta capacidad de la ciudad. El Gran Hotel entraba dentro del trazado y estaba destinado a desaparecer.
En lugar de ver esto como un problema, Guillermo se aseguró de adquirir otra propiedad para trasladar el hotel. Consiguió una casa antigua sobre la calle Caracas y se propuso construir allí un edificio. Pero como su proyecto era ambicioso, sabía que no acabaría de forma rápida.
Aunque la obra del nuevo edificio comenzó incluso antes de que terminara la década de los 60, los altos costos impedían que se acelerara el proceso. A sabiendas de que necesitaría flujo de caja para poder concluir su proyecto, Guillermo adquirió un hotel ya construido y lo adaptó a sus necesidades.
Así fue como nació el Hotel Casa Dorada, que abrió sus puertas en octubre de 1974, con 66 habitaciones. Estaba ubicado en la calle Colombia, entre Sucre y Junín, y fue llamado así en memoria del nombre que previamente había tenido el lugar, La Maison Dore. Con los ingresos provenientes de este sitio fue posible continuar con la terminación del nuevo Gran Hotel.
Y aunque para 1976 el nuevo edificio del Gran Hotel aún no estaba listo, los Uribe pusieron al servicio algunas habitaciones de las primeras plantas, esto con el fin de acomodar residentes que vivían en el Hotel Bolívar, pero que habían tenido que salir allí puesto que este se encontraba en huelga. Aunque de forma rudimentaria, se podría decir que fue en ese momento que se dio comienzo a las actividades de la sede del Gran Hotel que hoy en día conocemos.
“El Gran Hotel lo abrimos alquilando habitaciones para residentes. Pusimos un anuncio en la prensa informando que se alquilaban habitaciones por meses. Vino una señora gringa que no le hablaba a nadie, no le entendíamos porque no hablábamos inglés. Pero se le alquiló una habitación y ella estuvo varios años viviendo aquí sola con el vigilante”, Cecilia Uribe Mejía.
Sería hasta finales de 1977 que la situación cambiaría determinantemente. De forma sorpresiva, la delegación de Puerto Rico que asistiría a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, se puso en contacto con Guillermo para hacerles una propuesta a la que no podrían negarse.
“Le dijeron a mi papá que querían alquilar el hotel completo para las familias de los deportistas de su delegación, que les informáramos cuánto sería el total y que ellos nos pagaban por adelantado lo necesario para terminar de habilitar las habitaciones”, Cecilia Mejía Uribe.
La familia se puso manos a la obra, incluso cosiendo por su cuenta sábanas y cortinas, así en ocho meses lograron acondicionar lo que faltaba. En julio de 1978, recibieron a los esperados huéspedes y el hotel puso a disposición 120 habitaciones, el restaurante y la lavandería.
Por 15 días el trabajo no dio tregua a los Uribe. A cualquier hora del día, los pasillos estaban inundados de caras, unas victoriosas, otras nerviosas y algunas otras agotadas. Si algo quedaba claro entre la felicidad y el cansancio, era que oficialmente se había inaugurado un nuevo Gran Hotel.
También puede interesarle: Los problemas del centro pasan por la incultura ciudadana
Los herederos del sueño
Luego de los Centroamericanos, los primeros años del hotel fueron favorables en muchos aspectos, pero el trabajo era duro y esto repercutió directamente en la salud de Guillermo. En 1983 el patriarca sufre un infarto y muere un mes más tarde. Aunque su partida dejó una tristeza imborrable en la vida de sus seres queridos, incluso en la muerte él se encargó de velar por la seguridad de todos.
“Siempre se ocupó de que si él faltara nosotros pudiéramos resolver. Él era muriéndose y decía ‘¿Si pagó la plata de la nómina?’” Cecilia Uribe Mejía.
Antes de partir, gestionó su herencia de tal forma que el Hotel y sus negocios quedaran en una sociedad familiar para que sus hijos pudieran continuar con su sueño y legado. Además, dejó a tres personas en las que confiaba profundamente para guiarlos en lo que necesitaran.
“Eran Eliazar Uribe, quien trabajo junto a Luis Eduardo Yepes en la creación de los almacenes Ley, su mejor amigo Gonzalo Isaza, y el Padre Bernardo Vélez. Nos dejó en manos de ellos tres y nos dijo ‘Estas personas los van a ayudar, consúlteles si necesitan orientación, para que puedan tener con quien hablar y tomar las decisiones’ fueron muy importantes para estructurar lo que es hoy el Gran Hotel”.
Así, el hijo mayor de Guillermo, Guillermo Uribe Mejía (que en paz descanse) gerenció la sociedad dueña del hotel por varios años, durante los cuales consolidó las instalaciones del Gran Hotel, dándole los acabados y completando los servicios de zona húmeda en el último piso del edificio. Logró posicionar el Hotel en un lugar reconocido dentro del turismo. Luego de él, recibió la gerencia su hermano Carlos Mario Uribe Mejía, quien realizó una excelente gestión administrativa y financiera, consolidando el negocio y participando activamente en el cuidado del centro de Medellín.
La vocación del Gran Hotel
“Desde nuestra inauguración oficial con los centroamericanos de 1978, siempre nos caracterizamos por ser el hotel de los deportistas”, Margarita Uribe Mejía.
A través de los años, el hotel recibió visitantes que llegaban para eventos deportivos de diversa índole, algunos son recordados con sumo cariño como la Vuelta a Colombia o el Rally de la Land Rover; e importantes eventos de ciudad como el Festival Nacional de Poesía. Cada uno creaba el ambiente perfecto para vivir la esencia hotelera, los momentos en que la nacionalidad deja de ser relevante y todos comparten espacios íntimos, como la cena o la hora de dormir.
Así mismo, en sus amplios salones de eventos, Gran Hotel vio llevarse a cabo reuniones de incontables compañías, concursos, eucaristías, fiestas de quince y grados.
Huéspedes como el señor Carlos Lerner, francés dueño de la joyería París, habitaron el hotel como residentes permanentes por más de 30 años, el sitio se convirtió para ellos en su hogar, y el personal, en sus seres queridos.
Sin embargo, para la familia Gran Hotel, sus huéspedes más ilustres, a quienes recordarán con mayor afecto, fueron esas familias con pequeños sonrientes que les dieron la confianza para ser el reemplazo de su hogar y que retribuyeron su trabajo con memorias felices al interior de sus paredes.
¿Será esta la despedida?
Hace ya muchos meses los pasillos del Gran Hotel no son los mismos; la vida que por tanto tiempo los habitó, se apaga. Aunque antes ya se habían enfrentado a obstáculos que parecían imposibles de superar, la pandemia fue uno sin precedentes.
Como muchos, los Uribe trataron de hacerle frente a la difícil situación económica que devino de los cierres para mitigar los contagios por COVID-19. Pero el estallido social que comenzó en Colombia en abril del 2021, fue un factor determinante para la decisión de ponerle pausa indefinida a la histórica empresa familiar.
“Cuando empezaban los 90 fue un tiempo duro, pero en ese momento era solo Medellín la que estaba en crisis, ahora es el mundo entero. A los empresarios que todavía quedan en el territorio les decimos, que sigan luchando por el centro. Nosotros ya no pudimos más”, Cecilia Uribe Mejía.
Por ahora, no se sabe bien que va a pasar con el edificio blanco de la calle Caracas, tan conocido para todos, pero nunca se olvidarán los años en los que fue habitado por la familia Gran Hotel.
También puede interesarle: Zonas seguras, estrategia para generar tranquilidad en la población
Un gran abrazo a la familia Uribe. Codo a codo batallamos por hacer de Medellín la ciudad que es hoy. Pasamos por momentos en los que en el país se estigmatizó todo lo que oliera a paisa. Amigos cercanos y luchadores incanssbles. Que Dios permita sortear de la mejor manera estas situaciones. Los quiero mucho y los recuerdo con mucho cariño. Adelante…
Que buena crónica, me encantan estas historias de luchas generacionales donde la tenacidad el emprendimiento y los valores se sobreponen los obstáculos y vicisitudes de una familia que representa a toda la sociedad sus metas y propósitos comunes.
aaaw mis vecinos vivo a 2 pasos de éste gran hotel tengo sentimientos encontrados cuando me enteré de la noticia mi familia se puso triste ya que conocemos tanto mi mamá y yo a los porteros y vigilantes 36 años que tengo y los voy a extrañar
Perdón…..no puede ser que cierre definitivamente El Gran Hotel
Alguien con la AYUDA DE DIOS debe hacer algo para salvarlo.
Nunca he estado allí pero me duele en el alma lo que nos ocurre a los ANTIOQUEÑOS.
Se pierde una historia,una , EMPRESA,se pierden empleos se pierde lo que nos distingue a los ANTIOQUEÑOS:pujanza,audacia,Identidad,pertenencia y BERRAQUERA.
El Gran Hotel fue mi casa cuando visitaba Medellín, ahora Medellín es mi casa. Me da mucha tristesa que cierre. Les agradezco mucho su servicio. Quería volver a visitar sus instalaciones y tenerlo como hotel para cuando viniera mi familia a visitarme. Gracias a todos los que trabajaban allí e hicieron esos acercamientos a esta ciudad una excelente experiencia.
Tuve la fortuna de estar allí hace 31 años, disfrutar de su piscina, comida y amabilidad. y luego durante mas de 10 años pasaba por frente al hotel y lo miraba todos los días cuando iba rumbo a mi trabajo, gratos momentos.
No me lo puedo creer, hace tan solo 15 días lleve a mi hijo Kevin Randy hasta las afueras del Gran Hotel y le dije “hijo tu abuelo ayudó a contruir este hermoso hotel, cuando yo apenas era un niño y estudiaba una cuadra más arriba en la escuela Jesús Tobón Quintero en caracas con el palo, cuando yo estaba en el grado segundo de primaria y sientete orgulloso hijo de que tu abuelito haya sido un obrero de tan grande construcción…y mi hijo me dice: papá será que algun día podremos estar en el hotel?…y yo le respondí: hijo ahora como soy profesional gracias al trabajo de tu abuelo como obrero en este hotel, te puedo traer para que disfrutes ese hermoso lugar construido con las manos y el esfuerzo del abuelo…pero hay que esperar a que termine el tiempo de la pándemia, mi hijo respondio: se papá que lo que me prometes lo cumples! “.
Ruego a Dios que no cierren el Gran Hotel, que la familia que tanto lucho por tan emblemático lugar de la ciudad, cuente con la bendición de Dios para lograr los anhelos de sus corazones y propósitos, y asi yo pueda cumplirle la promesa a mi hijo una vez termine la pándemia.
Tuve la oportunidad de realizar mis practicas allí, hoy me duele y siento una profunda tristeza toda la familia Uribe excelentes personas entregadas 100% al hotel a cada uno de ellos tengo que agradecerles las palabras que en esa época me ayudaron a crecer como persona y profesional, allí conocí personal , huéspedes que siguen en mi corazón mas que amigos fuimos una familia del día a día , ame el Hotel , ame trabajar ahí y son los recuerdos más lindos me siento muy triste por esta noticia.
Muy buena la reseña, la redacción impecable.
MUUUY LAMENTABLE ,ESTOS DISIENDOLE ADIÓS,A EMPRESAS Y EMPRESARIOS QUE JAMAS PENSARIAMO QUE SE FUERAN A DESAPARACER Y SI ESTO LE PASA A EMPRESAS DE AÑOS,CONSOLIDASAS ,QUE SERÁ DEL PEQUEÑO Y MEDIANO COMERCIANTE
MUY LAMENTABLE
Muy triste ver cómo los patrimonios de nuestra amada Medellín se van acabando. Trabajé con el Veracruz Ambassador, grandes y humanos complejos turísticos, otros bellos patrimonios de la ciudad que también desaparecieron y ahora el Gran Hotel, dónde tuve la oportunidad de realizar eventos y dónde la atención siempre fué 1A al igual que los otros. Se nos está acabando la historia de nuestra ciudad.
Gracias a la familia Uribe por esa maravillosa empresa y por haber aportado a la buena imagen de la ciudad con ese excelente hotel.
Duele en el alma, un hotel de confianza y de amabilidad, quedan buenos recuerdos. Gracias y Dios los bendiga, siempre es porque siguen llegando buenas situaciones.
Que triste noticia hermano. Me adhiero a los mensajes de nuestros hermanos. El gran hotel ha sido un icono en el recogimiento de familias, entidades y muchos deportistas. Un mensaje de solidaridad para la familia de claudia, para ustedes dos y para los muchachos.
Buenos días Niñas:
Acabo de leer la Historia ancestral del Gran Hotel.
Solo puedo contener un poco mi tristeza porque, aún sin saber de Ustedes ..
“Mis Alumnas” inolvidables en el Colegio, les cuento que Mi Luna de Miel con Berta Lucía, la disfruté en El Gran Hotel de San Andrés en Noviembre de 1.978.
Luego continuaré recuerdos,personalmente.
Un Abrazo.
[14/7 2:04 p. m.] +57 301 2467355: Muchos recuerdos hermosos que quedaron en el alma
Hemosos recuerdos que son imborrables, quedaron marcando una linda historia
Pasé varias jornadas gratas allí. La pandemia comenzó la faena y los vándalos le dieron la estocada final.
Laboré allí por varios años; fue mi casa y ellos mis amigos. Ojalá encuentren un buen destino para transformar toda una vida de historia en otro proyecto con futuro. Mi abrazo y mi agradecimiento
Se van alejando ya los buenos recuerdos de los mejores momentos que se compartieron en ese lugar familia Isaza Peláez
Tuve allí, capacitaciones de SALVAT. Lagrimeo al leer la noticia. Nunca estuve como huesped, pero el servicio y la calidez que allí se prodigaba, no tenia igual.
Pienso que deben adaptarse a los nuevos tiempos y al nuevo mercadeo. Podriamos embarcarnos en un proyecto agresivo, para no cerrar ese emblema del centro y de Medellín.
Que la voluntad de Dios no sea terminar con este Gran Hotel como su mismo nombre lo dice es un patrimonio Antioqueño y de verdad que se sentiría un vacío en el centro de Medellín.
Que la mano Divina los ayude y que se haga un milagro
Es una triste noticia para la Familia Uribe, para la ciudad, para nosotros los amigos y vecinos de la Familia. Personalmente me llena de nostalgia. Estando muy pequeño veía día a día a Memo, cuando salía en la camioneta Ford 250, roja, Llevando cemento, baldosas, adobes y todos los materiales que necesitaban en la construcción del nuevo edificio, era incansable y al igual que Don Guillermo y toda la familia, tenían esa meta fija y se entregaron a ello, hasta lograr su cometido. Posteriormente tuve la fortuna de ser invitado a los quince de Claudia, celebrados por lo alto en en un salón del Hotel, allí fue el sitio ideal para el momento mas feliz de mi vida, declarármele a Luz y ser al fín su novio. Y como si fuera poco, mis hermosos recuerdos del Gran Hotel, llegan al punto mas alto, cuando Memo nos ofrece realizar la recepción de nuestro matrimonio, también allí, en el mejor salón de su querido Hotel, otro hermoso recuerdo de hace 34 años. Por todo esto, la familia Uribe y su obra siempre estará en mi corazón. Un abrazo para Claudía, para Liliana y para toda la familia, incluyendo a Memo con quien tanto compartí.❤❤️️
De todo lo que han cerrado es lo que más duele
El Gran Hotel
Tuve la grata oportunidad de trabajar allí por seis años y luego fui huésped con mis amigos de Armenia Quindio y mi familia muchas veces…saludos desde Armenia.
Produce bastante nostalgia,durante mucho tiempo fui proveedor del almacén del almacén de variedades del primer piso de propiedad de Gloria Uribe,tuve la oportunidad de conocer esa gran familia,bendiciones a todos ellos y es una gran pérdida para el sector hotelero Antioqueño
Es una lástima perder uno de los sitios destacados del Medellin reciente. Recuerdo su restaurante por la buena comida y buen servicio. Lo frecuentaba cuando trabajé en el centro y durante 10 años allí alojé a varios conferenciantes que traje a la ciudad. Deseo que puedan concluir el proceso con poca pérdida. Un saludo para Gloria.
Me da mucha tristeza que cierren este gran Hotel, recuerdo algunas reuniones allí para eventos de lanzamiento s de productos, me llevo el mejor recuerdo, gracias por el artículo y que El Señor los oriente en la mejor decisión.
Que gran historia aunque da mucha nostalgia pero hay veces se deben tomar decisiones aunq sean muy fuertes emocionalmente.
Viví mi niñes y juventud en Boston. Fui Amigo del Alma de Guillermo hijo, y son pocas las palabras dichas para reconocer, honrar y felicitar a dicha Familia. Por generación como esa, es que nuestra Antioquia fue Grande. Algún día, sus puertas batiran de nuevo, y su historia ojalá perdure,
Soy María Estrella Suaza, de todo corazón me duele mucho la noticia… Los quice y los quiero mucho, espero que con la ayuda de Dios todo mejore y no tengan que tomar esta decisión, fueron muchos los años que gran hotel fue mi hogar y lo quise y respete mucho
Así están las cosas en Medellín. Hasta aquí llegan varias generaciones de empresarios, de generadores de empleo, que hoy ponen fin a su hotel; asediados por una pandemia mal manejada en lo económico desde la administración y sitiados por el vandalismo sin control que acecha en las marchas. Un gran dolor nos produce esta noticia.
Ahhhhhh, lamentable noticia. Allí recibí capacitaciones. Dios Santo, que tristeza. Uffff que distracción tan berraca. Medellín se nos derrumba, se nos acaba. No sé transforma. Bendito DIOS. A la Familia Uribe Mejía, un Dios les pague inmenso. Ahhhh, que guayabo tan tremendo.
Que lastima que se vaya acabar esté Hotel sólo buenos recuerdos y un gran servicio muchos Éxitos para sus propietarios
Recuerdo q la pastelería yugus de don Álvaro llevábamos las empanadas argentinas y mucho más para los desayunos Delos usuarios.q las tima
Me hospede allí en dos ocasiones, por turismo desde Bogota. Excelente. Lástima que esta crisis mundial afecte de esa manera, pequeñas empresas; que han hecho bastante por mantener viva parte de nuestra historia en algunas tradiciones de ciudades colombianas.
Señora y señores los felicito por su vida y esfuerzo para con ustedes y para con todos los bendecidos q pasaron por ese punto de la cuidad,son ustedes los q han creado el pasado y quién sabe del futuro los felicito q sea Dios quien guíe sus caminos
Que triste y a la vez enriquecedora historia..conocí este hotel por José Sánchez al ácual que todos en la familia..su restaurante ..la piscina y uno que habia en Caldas..no se si aún existe.. cuando vivía en el Centro cerca a la U. María Cano ..iba los Jueves a almorzar ..creo que era la bandeja paisa..en 2008/9..Lo disfrute..que triste
Una hermosa historia de familia,de empresa,de orgullo paisa,un ejemplo de patriotismo digno de admirar.
Si realmente muy triste, un primo hermano mio trabajo en el hotel. Nunca lo he conocido, pero se que ha sido un hotel de calidad. Pero la familia Uribe se lleva los mas bellos recuerdos y la satisfaccion del deber cumplido con gratitud, amor, alegria, pero sobre todo que fueron gente con calidad humana.
Fue el hotel de mi mama hace 40 años cuando ella viajo a medellin por primera vez.
Que recuerdos tan bonito.
Ojala que lo puedan continuar.
Que triste, ojalá renazca y volverlo a tener entre nosotros muy pronto. Por ahora gracias gracias gracias.
Tengo maravilloso recuerdo de éste hotel por su atención y su muy buena mesa; en varias ocasiones estuve en reuniones de Turismo y comprendía desayuno/almuerzo. Da realmente tristeza ver como el centro va muriendo en poder de “los destructores”
Tuvimos varios eventos en el Gran Hotel y la atencion fue impecable. Todos los empleados muy atentos, amables y respetuosos.
Es un icono en nuestra ciudad.
Cuando hacemos las cosas bien, Dios trae la recompensa.
Que Bonita historia de vida, de familia, de empuje y de tenacidad…!!!
Con inmenso orgullo, conozco algunos miembros de la Familia Uribe y son ángeles de Dios en la Tierra, desde el legado de Don Guillermo y su esposa, al construir ciudad, hasta sus hijos y nietos; a Doña Cecilia la admiro y la respeto, ¡qué don de gente y forma de trabajar por Dios! y no se me olvida una de sus lecciones: “no tenemos piezas, tenemos habitaciones”.
El Gran hotel ha sido un referente de nuestra ciudad y tengo excelentes recuerdos de algunos eventos a los que asistí allí y cada que paso por “la oriental” es inevitable mirar hacía el Gran Hotel y recordar tantos bonitos mementos allí, por ejemplo en feria de flores, cuando el desfile de silleteros, pasaba por su esquina.
Dios los siga Bendiciendo…!!!
Gracias por ayudar a construir las cosas bonitas de nuestra ciudad…!!!
Con mucha tristeza leo éste artículo. Fui uno de los privilegiados empleados de la organización por más de 10 años consecutivos, y hoy ver que cierra sus puertas me da mucha nostalgia.
Icónico Hotel de nuestra ciudad,gracias por permitirme por tantos años hacer recorridos guiados para estudiantes de Hotelería,conocer sus pasillos,habitaciones y personal tan atento!!
Gracias por contarnos su historia hace más o menos 25 años entre al gran hotel, cuando tenía 10 años fuy invitado por el colegio Caracas donde estudie allí creo que el el piso 12 no recuerdo con claridad, nos dieron una armónica y un diploma creo que gane el segundo premio como mejor dibujo infantil,
Siempre que pasó por el gran hotel curso ese lindo recuerdo, espero que les valla muy bien con la decisión de cerrar gracias por el artículo y el tiempo que gastaron para redactarlo felicitaciones familia Uribe.
Que tristeza, poco a poco se muere el centro
Un hotel, el cual habité durante unos días que participé de una capacitación pedagógica, que nos ofreció el Ministerio de educación. La estadía y los espacios físicos de excelente calidad. Me entristece que cierre, porque es icono de la ciudad de Medellín.
Muy triste, pero el centro se ha deteriorado mucho, tenemos recuerdos del gran hotel, allí celebramos algunas actividades de familia
Que tristeza el cierre del El Gran Hotel, lo conocí por trabaje con la empresa que prestaba el servicio de mantenimiento de los ascensores del hotel y tuve la oportunidad de conocer la familia propietaria del hotel, excelentes personas de verdad que me duele su cierre, fue un icono del centro de Medellín
En la actualidad tengo 57 años y ahí en el gran hotel tuve la dicha de incursionar como modelo de pasarela cuando tenía 18 años, fue una experiencia fantástica, EL GRAN HOTEL hizo parte de mi historia y mis triunfos. Gracias por hacer ustedes también parte de ella, Dios los continúe bendiciendo.
Me da mucha tristeza que se cierren las puertas del Gran Hotel.
Compartí en muchas ocasiones cuando se hospedaban los grandes poetas y con unos amigos de la ciudad de Bogotá que venían a varias actividades en nuestra ciudad. El ambiente , las instalaciones la atención excelente. Mil gracias por su servicio. Dios es grande y con mucha fe todo saldrá bien.