Los préstamos rápidos con personas no legalizadas y hasta vinculadas a estructuras criminales se convirtieron en un dolor de cabeza para los comerciantes del centro. Les contamos de qué se trata esta modalidad y sobre otras alternativas para evitar recurrir a estos.
Redacción Centrópolis
Cada día, a las 4:00 p.m., dos jóvenes en moto visitan la cuadra en la que trabaja Rubén Villa y saludan a por lo menos cinco comerciantes. No se trata de una socialización, sino del momento más temido por los vendedores.
“Ellos son los dueños del pagadiario de acá. A todos nos han ‘desvarado’ con sumas de hasta 150 mil pesos y cuando uno da la cuota cumplido, son tranquilos. El problema llega cuando a uno no le alcanza…” explica Villa en voz baja y mirando hacia todos los lados, como si se sintiera observado.
Las cuentas parecen ser simples, pero resultan ser una ruina. A Rubén le prestaron el dinero para surtir su negocio y pagar unos gastos de la casa. Cada día, entonces, debe entregar 3.000 pesos a los motociclistas y recoger además para pagar su casa, su comida y su transporte.
El general Óscar Gómez Heredia, comandante de la Policía Metropolitana, aseguró que en la mayoría de los casos quienes hacen este tipo de préstamos, especialmente en el centro, están vinculados con bandas delincuenciales que también extorsionan y roban. “Es un círculo vicioso. Con el dinero que recolectan, hacen nuevos préstamos con tasas de interés que superan las legales y los cobros se hacen por la fuerza”, dijo.
Fernando Quijano, director de la Corporación Corpades, asegura que el paga diario o gota a gota tiene dos condiciones para funcionar: que quien preste el dinero pague cumplidamente los intereses y el préstamo, y que dé la cara para recibir el dinero.
Lo peor de este sistema, además de las altísimas tasas de interés, son las consecuencias de no pagar: “si no pudo pagar le duplican la deuda y si sigue incumpliendo, le cobran con las cosas de mayor valor: su casa -se la quitan o lo obligan a guardar armas y droga-, su negocio y si tiene hijas, con alguna de ellas”, agregó.
“El pagadiario lo controlan ‘la Oficina’, las Autodefensas Gaitanistas y más de 500 bandas que actúan en las comunas de Medellín”, precisó el investigador.
La Secretaría de Desarrollo Económico de Medellín calcula que estas rentas ilegales dejan ganancias anuales de 126 millones de dólares para esas estructuras.
¿Cómo salir del círculo vicioso?
Para combatir este flagelo, la Alcaldía y la Secretaría de Desarrollo Económico tienen como principal apuesta el Banco de las Oportunidades, que otorga microcréditos, capacitaciones y asesoría a personas de los estratos 1, 2 y 3.
Su director, Alejandro de Bedout, reveló que el 80% de las personas que acceden a estos créditos son mujeres, casi siempre microempresarias y cabezas de hogar.
El funcionario explicó que los trámites de los créditos toman entre 8 y 10 días y las tasas son más bajas que las del mercado. Pero reconoció que difícilmente cubren la demanda.
“Ese tiempo (el trámite del préstamo) es mucho para uno que vive de lo que se hace en el día. A esos muchachos se demora más usted llamándolos que ellos trayendo la plata sin preguntar de a mucho”, explicó Rubén Villa.
El banco no puede igualar ese procedimiento, porque se trata de dineros públicos. Por eso, además de los recursos para préstamos, le están apostando al incentivo productivo con el programa Buscando Talento.
En la estrategia han participado 1.641 personas que aspiran acceder a los recursos de programas como Capital Semilla, Crecer es Posible, Parque del Emprendimiento y Banco de las Oportunidades.
“Qué mejor escenario que la calle para llevar la oferta institucional. Muchas veces a las personas les queda difícil ir hasta La Alpujarra y conocer la oferta de Desarrollo Económico. Hoy por ejemplo en los centros de oferta pública laboral tenemos más de 1.500 vacantes que podemos utilizar. Saldremos a caminar para decirle a la gente: ¿usted qué sabe hacer? Y eso es buscar talento”, dijo el alcalde de la ciudad Federico Gutiérrez.
La inversión es cercana a los 30 mil millones de pesos en recursos con los que se espera impactar a 70 mil personas con alternativas y oportunidades de carácter económico. La convocatoria masiva busca encontrar talentos que generen ideas productivas y desarrollo en Medellín.