Desde finales de marzo, los ciudadanos de Medellín miran y comparten con indignación un video en el que se ve como Timothy Alan Livingston, ciudadano extranjero de mediana edad, ingresó al Gotham, un lujoso hotel de El Poblado, en compañía de dos menores de edad, una de doce y otra de trece años.
Este hecho llevó a la Alcaldía de Medellín a emitir, no uno, sino dos decretos para regular las actividades nocturnas y acabar con la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, en el Parque Lleras y sectores aledaños.
Si bien una acción con un objetivo tan válido como la protección de los menores de edad es importante para la ciudad, para nadie es secreto que esta situación ocurre cotidianamente en el centro de Medellín y otros territorios desde hace años, entonces ¿por qué solo darle atención en la zona rosa de El Poblado?
Acerca del problema
La explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, de acuerdo con expertos, es un delito que tiene altos niveles de subregistro en Medellín, lo que impide tener cifras más precisas al respecto.
Desde Centrópolis buscamos información por parte de la administración distrital, a través de la Subsecretaría de Seguridad y la Policía Metropolitana, pero hasta el cierre de esta edición no fue posible obtener respuesta. Sin embargo, por la importancia del tema, recurrimos a fuentes secundarias para revisar la situación del centro de Medellín.
“Ningún dato que podamos dar se compadece con la situación real de la problemática, esto se suma a que los sistemas de información de la Alcaldía, la Policía y la Fiscalía, no se conversan entre sí”, dijo en entrevista con el periódico El Colombiano en 2022, Iván Muñoz Echeverry, quien para ese momento era integrante de la Mesa intersectorial contra la explotación sexual en Medellín.
Según datos entregados por la Alcaldía de Medellín a dicho medio de comunicación, entre enero y noviembre de 2022, 157 menores fueron atendidos tras ser víctimas de violencia sexual. Los casos tuvieron lugar en 15 de las 16 comunas de Medellín. En primer lugar estaba Villa Hermosa, con 23 casos, en segundo La Candelaria, con 22 casos, y en tercero San Javier, con 18 casos.
En ese mismo año, 2022, Caracol Radio realizó un recorrido para evidenciar qué tan dramática era la situación en cuanto a la explotación sexual de menores en la ciudad. En el trabajo periodístico se hacen pocas menciones de El Poblado, y es el centro quien tiene el protagonismo.
“En el centro hay cuadras enteras donde decenas de menores deambulan en busca de clientes, y hombres armados en cada esquina controlan el ingreso y la salida de todo el mundo”, narra el artículo. ”En el sector de Los Huesos, niñas de escasos 13 y 14 años cumplen órdenes de una red de mujeres, según las denuncias, venezolanas, que incluso están dedicadas a la trata de personas con fines sexuales hacia otros países”, continua.
Y es que el centro ha sido por años el escenario por excelencia para estas prácticas, que aunque aberrantes, son la realidad del sector; y de ahí la sorpresa de que no se haya contemplado esta zona en el decreto de la Alcaldía.
¿Por qué controlar entonces el problema en el Lleras y no incluir al centro?
Trasladar el problema, un riesgo latente
Si bien en los últimos cuatro años la prostitución en Medellín y demás dinámicas que se desprenden de esta, como la explotación sexual, se ha concentrado fuertemente en la calle 10, sector de El Poblado, por décadas su territorio predilecto fue el centro. Todavía hoy, las noches en los alrededores de Barbacoas o La Veracruz están llenas de niñas que caminan por los andenes en busca de clientes, sin que haya alguna acción contundente desde la institucionalidad para restituir sus derechos.
De hecho, de acuerdo con una investigación reciente realizada por la Mesa Contra la Explotación Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes de Medellín, las víctimas que se encuentran en El Poblado no habitan esa comuna, provienen de otros sectores más vulnerables, siendo los principales Villa Hermosa, La Candelaria y Popular.
Lo preocupante entonces es que este flagelo no se combate desde su origen, es decir desde el hogar, sino con acciones de control y policivas que hacen que migre de una zona de la ciudad a otra, donde haya mayor tolerancia.
Así pues, y de acuerdo con organizaciones sociales del centro, es necesario que el actuar de la institucionalidad no se limite a la zona turística de El Poblado, sino que llegue también a la comuna 10.
Por: Valentina Castaño
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