Hace exactamente dos años en Wuhan, China, se presentaron los primeros casos de COVID-19, enfermedad que rápidamente se propagó por todo el mundo y que llegó a Colombia el 6 de marzo de 2020.
Desde ese momento nada ha sido igual en nuestro país. Todas las restricciones tomadas por los organismos de salud y por los gobiernos locales y nacionales, hicieron que nuestra cotidianidad cambiara, y que fechas tan especiales como las celebraciones de día de la madre y del padre, la Semana Santa, actividades culturales y sociales, y hasta la educación sufrieran restricciones que nos exigieron seguir en casa y posteriormente guardar distanciamiento con otras personas.
Luego de estos largos meses de pandemia, el agotamiento por no poder seguir la vida sin restricciones ha cobrado factura. Además, el avance en la vacunación ha llevado a una falsa idea de relajar las medidas de autocuidado como no usar tapabocas y hacer lavado de manos, porque como dicen muchas personas “ya estamos vacunados”. Nada más equivocado. Las últimas variantes dispersadas por todo el mundo -Delta y Omicron-, son una muestra de que el virus sigue vigente y mutando por el planeta y que el cuidado personal y de nuestros familiares tiene que seguir vigente.
Si bien la recuperación económica ha llevado a que gran parte de los empleos perdidos en el primer semestre de 2020 hayan sido recuperados, aún no podemos cantar victoria. La nueva problemática expresada en aumento de precios en gran parte de los productos, no solo de la canasta familiar, sino también de tecnología y otros no esenciales, ponen en riesgo la posibilidad de consumo de miles de familias colombianas, lo que a mediano plazo podría frenar la economía. Ello lleva a pensar en la necesidad de ser austeros con los ingresos y la forma cómo se invertirá el salario y la prima de fin de año, pues es posible que a inicios de 2022 tengamos un nuevo pico de la pandemia que exija confinamientos parciales, lo que generaría destrucción de empleos.
Con corte a inicios de diciembre, se han aplicado cerca de 57 millones de vacunas en todo el país, solo 37 millones de colombianos han recibido el biológico, y de ellos 25 millones tienen el esquema completo. Lo anterior significa que un porcentaje importante de connacionales aún no se anima a vacunarse.
Ahora, que han empezado las celebraciones navideñas y que el ambiente festivo se vive en todas las esquinas, nuestra invitación es a seguir cuidándonos. No significa que debamos restringir las reuniones familiares y sociales, sino que lo hagamos con responsabilidad, teniendo claro que la pandemia sigue presente y que la nueva cepa Omicron se está diseminando rápidamente con resultados muy preocupantes en otras partes del mundo.
Desde Centrópolis les deseamos a todos nuestros lectores una feliz Navidad y que el 2022 llegue cargado de buenas noticias. Esperamos seguir contándoles las noticias del centro de Medellín. Nos volvemos a leer en febrero.