Por: Luis Fernando Agudelo, director Medellín Cómo Vamos
Homero Expósito escribió, entre muchos otros tangos de gran calidad, un tema titulado “Afiches”, que dice en sus primeras líneas: “Cruel en el cartel, la propaganda manda cruel en el cartel, y en el fetiche de un afiche de papel se vende la ilusión, se rifa el corazón”.
Esta estrofa sirve para ilustrar la existencia en Medellín de una “guerra de narrativas”, a la que se refirió de forma esclarecedora Jenny Giraldo, directora de Mujeres Confiar, en el conversatorio realizado en la presentación de la Encuesta de Percepción Ciudadana 2021 (EPC 2021) de Medellín Cómo Vamos.
En esa guerra de narrativas que se libra de forma esencial en y desde el centro de la ciudad, que es el lugar donde se toman grandes decisiones, se pintan los reclamos y se notan más las consecuencias de lo que se hace o deja de hacer. La comuna 10 está plagada de afiches que venden la ilusión de un tiempo mejor, y como dice Expósito, la propaganda manda cruel en el cartel.
La pregunta que surge en medio de esta competencia por el relato, que genera mucha confusión, es: ¿a cuál relato creerle? Pues allí aparece la necesidad de tratar de explicar por qué existe este nivel de pugnacidad en el debate público.
Razones como algunas brechas sociales crónicas, el alejamiento de los intereses ciudadanos de las relaciones tradicionales de poder que resolvieron algunos problemas y enconaron otros, y el fraccionamiento de los liderazgos electorales, entre otros, generaron un espacio para que emergieran nuevos liderazgos valiéndose de viejos mecanismos clientelares con narrativas simples pero efectivas, que han sido esencialmente divisivas y binarias, como táctica de expansión y consolidación de largo plazo.
Al final del día, la ciudad que sale golpeada de la pandemia, percibe que hay un momento de conflictividad política inédito sin consecuencias prácticas positivas en la vida diaria, a pesar de la cacareada abundancia de recursos públicos y planes premiados. En este ambiente se ha generado pesimismo y este le pasa factura a la institucionalidad en general y a la Alcaldía de Medellín en particular; de hecho, solo 45% de las personas consultadas en la EPC 2021 considera que la ciudad va por buen camino, y son los habitantes de la zona centro oriental (comunas de La Candelaria, Buenos Aires y Villa Hermosa) los más pesimistas de toda la ciudad, con solo 34% de ciudadanos confiados en el futuro.
Además, son los consultados de la zona centro oriental los que tienen una mayor sensación de pobreza de toda la ciudad con un 44% de personas con esa percepción, mientras que el promedio del resto de la ciudad fue de 31%. Sin embargo, fueron los consultados del centro oriental los que consideran que menos se deterioró la movilidad en 2021 y los que mayor satisfacción sienten con la vivienda que habitan después de la zona sur oriental (comuna de El Poblado).
Y los ciudadanos ven cómo en el fetiche de un afiche de papel, en las redes sociales y en los mensajes oficiales, se vende una ilusión. Esa ilusión parece frágil en el centro de todos, frente a la dureza de la vida diaria y la necesidad de acciones contundentes más allá de los mensajes.