El imponente pasaje Junín se convirtió en el estacionamiento preferido de las carretillas. Al inicio o al final de este pasaje es normal toparse con una acumulación de carretillas vendiendo frutas, termos y accesorios de celular, que ocupan las aceras y generan ruido excesivo con bafles y bocinas que anuncian los productos que se venden allí, ocasionando casi al instante dolor de cabeza por la cantidad de ruido. Además, esta situación se convierte en el cómplice perfecto para que los ladrones puedan hacer de las suyas y se escabullan fácilmente.
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