Este 21 de mayo se cumplen 20 años desde que se comenzó a celebrar el Día Nacional de la Afrocolombianidad.
Esta festividad obedece a la Ley 725 de 2001, la cual estableció la fecha como homenaje a los 150 años de abolición de la esclavitud en Colombia, consignada en la Ley 21 de mayo de 1851.
La Ley 725 busca promover la recuperación de la memoria histórica de esta población, que tiene una tradición de lucha por sus derechos y autonomía que a su vez está ligada a uno de los momentos históricos más lamentables de la humanidad: la esclavización y la trata transatlántica de personas.
No obstante, tras pasar unos cuantos siglos, la tradición y memoria afrocolombiana se ha enriquecido y mutado. Hoy en día esta población entiende su pasado y presente de formas muy diferentes de acuerdo con su contexto. Por ello, para conmemorar este día, decidimos analizarlo desde una mirada diferente. ¿Cómo vive el Día de la Afrocolombianidad un afro en Medellín?
Ser afro en Medellín Camilo Mosquera, o Tausen como lo conocen en la escena artística, lleva lo afro marcado en lo profundo de sus ojos negros y en los rizos de su pelo grueso. Es cantante, líder comunitario y director del colectivo artístico Jepyca Dance, que reúne jóvenes de todas las edades en torno a la música y el baile.
Aunque nació en Istmina, Chocó, desde que tiene memoria el Día de la Afrocolombianidad lo vivió en la ciudad de la eterna primavera, en el interior de alguna institución educativa donde poco se hablaba del trasfondo de la fecha, y donde a veces se le obsequiaba algo en este día, recordándole su color de piel.
“Yo era fascinado en el colegio cuando salían con el Día de la Afrocolombianidad o el de la Raza, sin embargo, no lo hacían de una forma tan trascendental, a veces incluso me sentía un poquito mal porque, a pesar de que la atención era para uno, sabías que en Medellín no son muchos los afros que estaban estudiando y cuando tocaban
ciertos temas me sentía un poquito incomodo; sentía que hacían cualquier cosa y no buscaban transmitir nada más, sino solo me daban una banderita o algo.
Hoy pienso ¿por qué no traer un experto para conversatorios o una muestra cultural?”, cuenta Camilo.
P/ ¿Siempre se ha sentido cerca a la tradición cultural afrocolombiana?
De hecho, no, porque uno en la ciudad es más pegado a lo que se vive en el día a día y no a sus tradiciones. De mi parte es complejo porque a pesar de haber nacido en el Chocó, he vivido toda mi vida en la ciudad y más allá de cualquier cosa, yo me siento citadino. Las costumbres aquí son muy distintas a las de los pueblos tradicionales o los otros territorios donde habitan más afros. Lo que uno siempre percibe aquí es que se celebra solo un día y luego sigue la vida normal.
P/ ¿Pero considera importante acercarse a esta tradición?
De hecho, sí. Después de que uno empieza a participar y averiguar del tema, también comienza a pensar que no se puede dejar morir lo que por años se ha hecho. Yo no sé quién dividió el pueblo por razas, pero a nosotros ya se nos dio una identidad, no podemos olvidar lo sucedido.
P/ ¿Cómo comenzó su acercamiento a la tradición afrocolombiana?
Cuando estaba en el colegio decían que nadie podía tener el pelo largo, pero el profesor de sociales insistía que yo sí podía, decía que era porque yo era afro. Ahí me empezó a dar intriga el por qué yo sí y ellos no. Luego de indagar un poco decidí dejármelo crecer. Más adelante, cuando me di cuenta de que la ciudad tenía espacios de celebración pensados especialmente para nosotros, me metí mucho más en el tema. Hoy participo de eventos como el Negrofest, que se celebra el 21 y 22 de mayo, San Pacho y demás tomas artísticas en el parque de San Antonio.
21 de mayo se cumplen 20 años desde que se comenzó a celebrar el Día Nacional de la Afrocolombianidad.
P/ ¿Siente que su cabello es una forma de estar en sintonía con esa tradición?
Sí. El cabello hace que uno trascienda a otro nivel, yo me saco mi afro y robo miradas. Hasta los mismos afros se sorprenden y quizá piensan ´Hey yo por qué no me lo dejo crecer así´. Yo tengo mi afro y siempre que llego a cualquier lado trato de lucirlo porque tiene cierta personalidad que me caracteriza.
Siento que son muy poquitos los hombres afro que se dejan crecer el pelo. En ocasiones especiales me suelto el cabello porque siento que eso llama la atención y resalta lo que nosotros somos. Muchos me preguntan que si pueden tocarlo, y aunque hay quienes les molesta esto, desde mi parte lo veo chévere, que toquen, que entiendan que se siente para que quizá cambien un poco la percepción que tienen de nuestro cabello y nuestra cultura.
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