Son las 9:00 de la mañana de un viernes cualquiera y la lluvia cae sobre Medellín, después de varios días de sequía. En el Palacio Nacional, por entre los locales de ropa y calzado se cuela un aroma que llama la atención de los visitantes: café recién preparado.
Ese olor cautivador emana de un local ubicado en la plazoleta sur del centro comercial, rodeado de mesas y sombrillas. Se llama Café con Amor y su propietario, Diego Buitrago, hace honor al nombre con cada preparación.
Y no es para menos: él es barista y ésta es la empresa familiar que creó con la idea de promover la cultura del café en Medellín. En la zona ya es recordado por el sabor de sus preparaciones, pero además por las figuras que crea sobre la espuma, con la ayuda exclusiva de leche y una cuchara.
Diego asegura que los mensajes de amor, amistad y los nombres de las parejas sobre la bebida son las peticiones más frecuentes. “De aquí muchos han salido con novia”, dice y suelta una carcajada.
A menos de un kilómetro de ahí, en La Alpujarra, se produce una escena similar. Dos mujeres muelen los granos previamente cultivado en la finca Yarumal de Ciudad Bolívar y calientan el agua para preparar los cafés preferidosde varios empleados del Municipio de Medellín.
El lugar se llama Mitaka y aunque parezca sencillo, está cargado de historia: sus creadores ganaron el concurso Antójate de Antioquia, han sido proveedores de la multinacional Starbucks y participaron en el programa Medellín Sí Sabe.
Una de las mujeres, que tímidamente prefiere no dar su nombre, asegura que en este trabajo aprendió a conocer el verdadero sentido de tomar café, más allá de espantar el sueño o calentar una mañana fría. “Es toda una cultura”, dice. ¿Cultura cafetera en el centro? Vender cafés especiales y con valor agregado, como lo hacen Café con Amor y Mitaka, es todo un reto en el centro de Medellín, el lugar donde reina el tinto “de termo” a $500.
Así lo reconoce Kirsten Olmos, quien hasta febrero pasado tuvo el Café Kirsten en el Centro Comercial Gran Plaza. “En esa zona particularmente el público aprecia más el café rápido y barato y nunca se pregunta de dónde viene el agua o qué tipo de café le están dando”, dijo.
Aunque cuenta que durante el tiempo que tuvo abierto el local logró cultivar clientes fieles que buscaban sabor y calidad, hoy piensa que el formato no fue acorde para la zona. “Tal vez en Laureles o El Poblado hubiera funcionado más fácil, crear cultura del café en el centro de Medellín no es difícil, pero sí es un proceso a largo plazo”, agregó.
En Mitaka un excelente café puede costar entre $2.000 y $4.800 pesos.
Dónde encontrarlos
Café con Amor: Centro Comercial Palacio Nacional, local 142-143. Plazoleta sur.
Mitaka Café: Centro Administrativo Municipal, primer piso.