Comerciantes, habitantes y visitantes del centro de Medellín han venido notificando desde hace algunos meses sobre una grave situación en el territorio. Esta tiene que ver con el alarmante crecimiento en la cantidad de roedores que han invadido zonas verdes y alcantarillas de la comuna, en donde ningún barrio parece estar exento.
En el sector del Hueco, por ejemplo, el director de Asoguayaquil, Daniel Manzano, se encarga de generar las mejores condiciones para la gente que allí trabaja. Para eso gestiona el tema de mantenimiento de jardineras y limpieza profunda con lavado permanente. Sin embargo, desde antes de la pandemia dice no haber visto que se realice un control de plagas.
“Todas las jardineras de Maturín, La Alhambra, Amador, Plaza de Cisneros, están abarrotadas de madrigueras de ratas. Estas lastimosamente se alimentan del desperdicio de todas las basuras que, por indisciplina de nuestros empresarios o porque el habitante de calle toma los espacios para hacer separación de residuos, han convertido las calles en un restaurante para estos animalitos”.
Así mismo, Manzano explica que pese a tener un buen equipo que acompaña los oficios varios de la zona, la respuesta es insuficiente. “Tenemos muy buena capacidad instalada, un personal bellísimo, pero a cualquier hora del día las ratas caminan, recorren, funcionan y esto se ha vuelto algo terrible. Le hemos solicitado a la administración municipal reiteradas veces que hagan fumigación, pero hasta el momento ha sido cero la intervención y el acompañamiento”.
Cuando la ciudad se encontraba en cuarentena por pandemia, los roedores tuvieron vía libre para salir a las calles y multiplicarse, ahora, según la Secretaría de Salud de Medellín, se estima que la población supera por mucho los 30 millones de ejemplares.
Los peligros tras las ratas
En Medellín casi todos los roedores que se ven en las calles pertenecen a una de tres especies: rata negra o de los tejados, rata gris o guaren y ratón o laucha. Desde 2012 la Secretaría de Salud de Medellín desarrollaba un programa en convenio con la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Antioquia para controlar la propagación de estos animales.
La razón para hacerlo era importante, prevenir la transmisión de leptospirosis, una enfermedad que puede ser mortal y que se pasa a perros y humanos por medio de las heces de roedores. De contraer la enfermedad, el paciente estará obligado a iniciar un tratamiento con antibióticos, y en algunos casos, diálisis, pues las afecciones renales se convierten en la primera causa de muerte.
Para los perros hay vacuna, pero para los humanos no existe ninguna de tipo comercial. Por lo tanto, la única manera de prevenir la leptospirosis es controlando la multiplicación de los vectores de transmisión.
Sin embargo, pese a ser consultada, la Secretaría de Salud no explicó si se ha dado continuidad a este proyecto, ni tampoco la manera en que están gestionando hoy el control día estos animales.
Además del inminente riesgo a la salud pública, la alta propagación de roedores también ocasiona daños en los espacios verdes y afecta las especies de árboles que hay en el territorio como lo son el ilán-ilán, los carboneros o los almendros. Las madrigueras profundas hacen que se pierda la estabilidad de los especímenes.
¿Por qué no actúa la administración?
Si bien la comunidad manifiesta que la Gerencia del Centro ha hecho el trabajo de llevar al territorio a las dependencias encargadas para que se evalúe y gestione el problema, ninguna acción ha comenzado hasta la fecha.
La Secretaría de Salud confirma que desde su dependencia hacen acciones de prevención y orientaciones para el control. También afirman tener identificados puntos críticos en el sector del Parque Bolívar, alrededores del Museo de Antioquia y Paseo Bolívar, donde se hace monitoreo y se rocían químicos pesticidas para controlar la población de ratas. Pero, quienes frecuentan estos sectores no están de acuerdo con que esto suceda efectivamente, al menos no en el último par de años.
“Siendo los roedores una plaga relacionada con mal manejo de residuos, la recomendación muy especial es a que todos sean responsables con el tema, empezando por quienes los generamos. La comunidad en general debe presentar la basura a los carros recolectores en las horas adecuadas y cuando se identifiquen ciudadanos que no lo están haciendo, es deber reportarlos a las autoridades”, expresa a Centrópolis William Zanabria, técnico de Zoonosis de la Secretaría de Salud.
Con respecto a la responsabilidad ciudadana, Jorge Mario Puerta, director de Corpocentro, opina que “hace falta mayor cultura ciudadana por parte de los comerciantes y los habitantes del centro, en sacar las basuras solo previo al paso de los camiones de Emvarias, y no sacarlas en cualquier momento. Pero también es importante solicitar a la administración municipal que haga un trabajo fuerte de control y erradicación de esta plaga para evitar su propagación”.
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