Por Juan Moreno
En una esquina de La Playa con Girardot funciona desde hace unos meses La Trattoria di Trini, y aunque el sitio es nuevo, el quehacer en la cocina italiana de su propietaria, María Trinidad Sierra, ya es de vieja data. Hace unos años esta santandereana montó La Grande Pizza, también en el centro de la ciudad.
Después de normalizar la vida cotidiana, en la llamada era post pandemia, Trini vio que el estratégico local de dos pisos, ubicado en una de las zonas con mayor potencial la comuna de la Candelaria, estaba disponible, y de una vez, aprovechando su profesión de comunicadora gráfica, se imaginó un restaurante tipo trattoria, que son fondas estilo italiano donde el ambiente es informal y los precios moderados. Son los lugares más visitados de Italia durante el almuerzo. “Yo tenía muchas expectativas después de pandemia, quería centralizarme y tener un lugar más ejecutivo, con mayor estatus que las pizzerías, vi el local y dije, este es perfecto. Y aquí estamos”, dice Trini.
Aunque no conoce Italia, María Trinidad ama los ingredientes de la comida de ese país, tanto que hace veinte años montó su primera pizzería estando en Bogotá. Hace 17 se trasladó a vivir a Medellín y se enamoró del centro por ser un foco de las principales actividades de la ciudad. Su vida estudiantil, comercial y cultural la sedujeron. “En conjunto con mis hijos, que ya son profesionales, mi hija en nutrición y mi hijo en zootecnia, comencé a imaginarme cómo sería el local, su ambiente, su estilo, qué tendencias de decoración había y arrancamos”.
“Hay mucho por hacer y trabajar y mi sueño es verlo crecer poco a poco. Este lugar es lo que a mí me gustaría encontrar cuando voy a comer, una combinación minimalista matizada con colores pastel, con mesas y sillas sencillas pero bonitas. Soy feliz de estar acá, todos los días quiero seguir creciendo y trabajando para mejorar todo, desde la carta hasta el ambiente”, asegura.
Trini se esfuerza por conseguir los mejores ingredientes y actualizar siempre las recetas. Su hija es una ficha muy importante en este proyecto y ella espera que se pueda dedicar de tiempo completo al proyecto para que, juntas, lo hagan crecer, sin bajar la guardia, hasta donde quieren llegar.
La especialidad son los raviolis, que tienen una receta especial. La sopa de tomate es otro de los éxitos. Fusilli, fettuccine, pizzas, risotto marinero y las lasañas son también recomendados, así como la carta de vinos, las salsas, el pan focaccia y frutos deshidratados elaborados de manera artesanal para llevar a casa.
Segura en el centro
Ella se siente segura en el centro porque, según dice, ha podido construir su negocio sin problemas, conoce a la mayoría de sus clientes, le gusta la gente que frecuenta su local, se hace amiga de ellos y busca que regresen.
Aunque regentar un restaurante es complejo porque requiere el control de todo permanentemente, ella también confía en sus cuatro empleados, pero la gente la quiere ver a ella ahí, al frente. Trini, trata de estar todos los días, excepto domingos, de 12 del día a 9 de la noche. Ejecutivos, estudiantes, médicos, abogados, parejas y familias que vienen a celebrar, son su principal público
La pregunta típica de cómo combina el rol de madre, empresaria y profesional, como cabeza de familia, la responde de inmediato. “Hay que ser constante, perseverante, hay que tener propósitos en la vida y dedicarle lo mejor de nosotros a lo que hacemos. Vivo feliz y orgullosa de mis dos hijos profesionales y gracias al negocio de la comida italiana los levanté y no solo a ellos, sino también a parte de mi familia. Hoy en día son tres sucursales de La Grande Pizza y una de la Trattoria di Trini. Con este trabajo les he enseñado a valorar y a saber que se puede salir adelante con los recursos que se tengan. También, cómo hacer amigos y fidelizar los clientes con una buena actitud”.
Proyectos
María Trinidad tiene un proyecto en mente y es el de convertir, a futuro, La Trattoria en un centro cultural, con presentaciones musicales, tertulias al aire libre y diferentes alicientes para que la gente siempre quiera estar ahí. “Quiero tener mesitas afuera, ampliar la carta, introducir más platos, mejorar y aprovechar los espacios para que la gente venga en las tardes”.
Trini le impregna amor todos los días a este lugar, disfruta enormemente su trabajo, dirige a sus cuatro empleados y el contacto con la gente es lo que más le gusta de todo lo que hace. “La gente está queriendo este lugar, ya lo reconocen y recomiendan. Ya estoy más tranquila en ese aspecto porque he fidelizado a una clientela constante y ya siento que hay mucha gente que lo conoce. Me encanta el centro, desde que llegué a Medellín me ha gustado, la gente que vive en esta zona es muy especial. Ahora recibo turistas del país y extranjeros que vienen recomendados. A diario circula mucha gente y eso me gusta mucho. No cambio el centro por nada. No hay que temerle. Hay que tener cuidado, claro, pero tenemos un centro muy bonito que hay que conocer y disfrutar. Hay sitios con muy buenas ofertas, falta por hacer, pero esta zona del centro, aquí en La Playa, es maravillosa”, concluye Trini.
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