Desde el año 2006, cuando se desocupó la última de sus más de 17.800 bóvedas con restos humanos, comenzó el olvido y deterioro del Cementerio San Lorenzo, un espacio patrimonial que hoy solo alberga problemáticas como el consumo de drogas y habitantes de calle.
Durante estos 15 años, las administraciones municipales solo han realizado allí jornadas de aseo y ornato, pero ninguna intervención de fondo; lo que ha afectado a la comunidad vecina del cementerio, quienes hoy temen incluso pasar por sus alrededores.
Mariela Gómez, vecina del sector comenta que “el espacio es un basurero, allí no van sino consumidores de droga y habitantes de calle, quienes mantienen todo sucio. Quienes vivimos cerca preferimos no pasar por allí.”
Es por ello que desarrollar un proyecto de activación que permita construir una agenda para la apropiación cultural y recreativa del Cementerio San Lorenzo, se ha convertido en una prioridad para la Gerencia del Centro. Para lograr su objetivo, se está articulando con diferentes dependencias de la Alcaldía de Medellín, líderes sociales y organizaciones comunitarias, así como con empresas privadas, para que entre todos desarrollen una agenda que promueva y proteja este importante bien de interés cultural de la nación.
Con la agenda, que podría incluir conversatorios, talleres y visitas guiadas, como se hacen hoy en el Cementerio San Pedro, se pretende visibilizar este lugar para que se diseñen proyectos concretos que permitan que los ciudadanos lo visiten y que sea reconocido como el lugar histórico y cultural que es.
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Como la aplastante mayoría de los habitantes de Medellín, considero que el “Cementerio de San Lorenzo” carece por completo de cualquier interés para la comunidad y que es un especio urbano completamente desperdiciado. Sería mejor transformarlo en algo útil, como una zona verde, que tanto requiere esta contaminada ciudad, acompañada de una unidad de salud, de un centro cultural o una biblioteca y no dejar esas derruidas tumbas que sólo fueron un podridero de carne humana.