La pirámide de la movilidad cambió. Así lo estipula el Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín, que desde 2014 le da prioridad al peatón y a los sistemas no motorizados de movilidad, por encima de otros como el vehículo particular y la motocicleta.
Las obras de infraestructura que la administración municipal ha entregado y las que están en proceso de construcción en la ciudad, y especialmente en el centro, cumplen esa premisa del POT y han generado nuevos espacios públicos para el disfrute de los ciudadanos. Al menos en el papel eso es lo que se ve, aunque en la práctica, algunos ya han sido ocupados nuevamente por particulares para su usufructo.
Una de las intervenciones más publicitadas es el Paseo La Playa, que en su tramo dos, entre la Avenida Oriental y Palacé, fue entregada hace algunos meses, y que en el tramo uno debe estar próximo a terminar obras. En este sector, donde se contaba con tres carriles en la calzada central y dos en las calzadas laterales, se hizo una significativa reducción de espacio para los vehículos, entregándolo al peatón. Incluso, se plantearon espacios de uso compartido, en los que tanto el ciudadano de a pie como el del vehículo transitan por el mismo espacio.
Los medellinenses no estamos acostumbrados a compartir estos espacios, eso es nuevo para nosotros, y con seguridad cada vez será más normal hacerlo. Para lograrlo, debemos activar el sentido común, la tolerancia, la educación vial y el respeto por el otro. Hacerlo es un proceso que con seguridad tomará tiempo, pero que hay que iniciarlo en el menor tiempo posible.
Hoy, caminar La Playa es sin duda una experiencia diferente. Cuenta con más espacio peatonal, menos barreras físicas que impiden hacerlo sin tropiezos, bancas para descansar y ornamentación natural que le da belleza a los espacios. Sin embargo, caminar esta avenida también conlleva unos peligros que, de no tomar correctivos rápidamente, pueden ocasionar una tragedia.
Y hablamos de estos peligros especialmente en las áreas de circulación compartida, entre las carreras Córdoba y El Palo, en la que los vehículos y motocicletas circulan a una velocidad mayor a la permitida que es de diez kilómetros por hora, la cual seguramente no muchos conocen.
Se hace necesario entonces que cuanto antes, desde la administración municipal, a través de las Secretarías de Movilidad y de Cultura Ciudadana, se activen campañas pedagógicas y se instale toda la señalización requerida para que tanto quien va en su vehículo como caminando conozca cómo debe hacerlo por estos nuevos espacios, antes de que una tragedia ocurra, en un sector que no solo es habitado sino también frecuentado por personas de la tercera edad y estudiantes de colegio.
En varios recorridos realizados por CENTROPOLIS, hemos podido constatar el peligro que corren quienes circulan por La Playa y la ausencia de personal de la Secretaría de Movilidad para hacer control no solo a la velocidad, sino también al parqueo indebido en las zonas peatonales. Es el momento de empezar a hacerlo, antes de que sea demasiado tarde y la problemática tome ventaja. Al Paseo La Playa debemos protegerlo y defenderlo todos.