Por: Luisa Fernanda Rodríguez J
La ubicación estratégica del barrio San Benito ha permitido que diferentes instituciones de educación básica y superior se hayan asentado allí y no pretendan irse a otra parte de la ciudad, a pesar de los cambios suscitados en las últimas décadas.
Desde sus inicios la Universidad San Buenaventura (USB), el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), así como la Universidad Autónoma Latinoamericana (Unaula), la Institución Educativa San Benito, el Centro Infantil Viviendo Juntos (del programa Buen Comienzo) y el colegio de la Corporación Combos, han permanecido allí por las bondades del sector.
Precisamente, una de las mayores ventajas del barrio San Benito es la fácil accesibilidad, pues tiene cercanía con estaciones del Metro y de Metroplús. De igual forma, distintas rutas de buses pasan por este, lo que permite que los estudiantes puedan llegar sin contratiempos y sin gastar dinero en pasajes adicionales.
El buen nombre, los años de trayectoria y la calidad educativa que ofrecen esas instituciones, son aspectos que llaman la atención de los aspirantes para querer matricularse allí.
“El sector es atractivo por la historia, aquí nació Medellín. Cuenta con una red de transporte muy importante, muchas empresas confluyen acá, una es el Metro con dos estaciones, todo eso hace que las personas también se inclinen por San Benito. Lógicamente no se desconoce la situación (del entorno), pero la universidad está trabajando en ese camino, con el fin de empoderarse, empoderar al otro y aportarle a esa transformación que requiere el barrio”, dijo Arturo Ramírez Ruiz, coordinador en Desarrollo Humano Institucional de la USB.
Sandra Milena Arias Giraldo, jefe de Comunicaciones y Mercadeo de la misma institución añadió que la trayectoria de 57 años de esta alma máter en Antioquia es un camino que trae un reconocimiento. Por otra parte, la USB está acreditada y fue re acreditada en alta calidad, y cuenta con certificación de calidad ISO 9001-2015, por parte del Ministerio de Educación Nacional y el Icontec.
Facilidades para estudiantes
En el caso de Unaula, aparte de la calidad educativa, la acreditación institucional y el reconocimiento ante la sociedad, la universidad ofrece facilidades para el pago de las matrículas mediante convenios con entidades financieras, pues gran parte de la población estudiantil pertenece a estratos 1, 2 y 3, afirmó Elizabeth Uribe Arango, directora de Bienestar Universitario.
Otro aspecto a favor es que Unaula ha venido comprando predios aledaños al bloque principal y ha construido más torres para mayor comodidad de su población, lo cual a la vez, ayuda a mejorar el entorno. “Somos una universidad muy cercana y nuestra estructura administrativa por su modelo de cogobierno, la hace muchísimo más atractiva”, puntualizó Uribe.
De otro lado, el Colegio Combos, perteneciente a la Corporación Combos, cuenta con cerca de 27 años de tener su sede principal en San Benito. Inició como una propuesta para recibir a niños que trabajaban vendiendo dulces en la Avenida Oriental y como cargadores en la Plaza Minorista, de ahí que haya escogido a este sector de la ciudad para instalarse. “La elección de este barrio fue estratégica”, explicó Carolina Benjumea Herrera, asistente de Rectoría.
Ahora este colegio acoge a 190 niños, niñas y adolescentes que por la violencia intrafamiliar, el desplazamiento forzado, el empobrecimiento, la explotación laboral infantil y otros problemas sociales, no han podido acceder, ni permanecer en el sistema educativo regular. Allí a los estudiantes se les hace acompañamiento psicosocial y la educación está enfocada en la equidad de género y énfasis artístico.
La Corporación Combos tiene convenios con la Alcaldía de Medellín para prevenir el trabajo infantil, el reclutamiento de menores en grupos armados y evitar los riesgos de la vida en la calle. Su radio de acción no está solo en la Comuna 10, sino que se ha extendido a otros sectores vulnerables de la ciudad.
Cada vez se relaciona más a San Benito con el sector educativo, pues los establecimientos ubicados en el barrio se han vuelto un emblema y referentes de la Comuna 10; además, las personas que acuden a estos se convierten en vigías de la zona, lo que ayuda a la seguridad. “Los estudiantes le dan una nueva cara al barrio, su presencia estimula la actividad de la calle, son vigilantes de la actividad. No podemos tolerar que las universidades abandonen un entorno donde ya existe una tradición con su presencia”, expresó el arquitecto urbanista, Luis Fernando Arbeláez.
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