¿A quién no le ha pasado tener la necesidad de buscar un servicio sanitario de manera urgente y no encontrarlo, sin importar si el caso ocurre en una carretera, en un centro comercial o en cualquier otro lugar imaginable?
Quien lo ha vivido, sabe lo complejo que se vuelve esta situación, más aún cuando la persona tiene problemas de salud.
El centro de Medellín no se escapa a la escasez de baños públicos. Prácticamente los únicos disponibles están ubicados en los centros comerciales y otros sitios privados. Para el ciudadano de a pie, que no llega allí, solo existen dos opciones: la biblioteca EPM o la batería de baños ubicada en uno de los costados del centro comercial Villanueva.
Sin ser estéticamente los más bonitos, hasta hace un par de años la Alcaldía de Medellín contrataba la ubicación de baterías de baños en distintos lugares del centro. Las cabinas azules visibles a los largo y ancho del centro prestaban servicio diurno a quien lo necesitara, como una opción para las personas más necesitadas, incluso habitantes de calle.
Desde que fueron retirados, las condiciones de salubridad han desmejorado dramáticamente y una de las mayores quejas ciudadanas están dadas por el mal olor en cada cuadra y en cada esquina del centro de la ciudad. No se salva ninguna zona verde, especialmente las de los parques y separadores viales, tampoco las aceras y los locales comerciales. Todos, casi sin excepción, han sufrido en los últimos meses las afectaciones por los malos olores que generan las necesidades fisiológicas que cientos de personas hacen a diario en todo nuestro territorio.
Hace un año (el 7 de febrero de 2022) en el Consejo de Gobierno adelantado por la alcaldía de Medellín, la gerente del Centro de ese entonces, Mónica Pabón, dio a conocer que junto a los comerciantes de la comuna 10, estudiaban una propuesta para atender una de las problemáticas más complejas de la zona: los baños públicos. La idea planteaba implementar concesiones con privados para que estos habilitaran baños en diferentes sectores según las necesidades.
La idea no se materializó y la gestión que estaba en manos de la agencia APP aún no toma vuelo, así como tampoco se instalan de nuevo las baterías portátiles azules que tanto servicio le prestaban a la comunidad.
Ahora que la mirada del alcalde Daniel Quintero y todo su gabinete está puesta en Plaza Botero, valdría la pena que se extendiera a otros parques y plazas del centro, no solo para proveer seguridad, sino mejores condiciones de salud para propios y turistas.
Así que los baños públicos son una urgencia que no da espera y que requiere acciones a la mayor brevedad para que en la comuna 10 se respiren otros aires.
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