Los últimos tres años han sido muy difíciles para el centro de Medellín, no solo por las afectaciones económicas que dejó la pandemia, sino también por la desatención de muchos frentes por parte de la administración distrital, que dejaron entre otras cosas, graves problemas sociales, ambientales, de seguridad e infraestructura en la comuna 10.
No es sino mencionar el crecimiento desmedido en el número de habitantes de calle, que pasó de 3.500 en 2019 a cerca de 8.000 al terminar este año, lo que sin duda ha generado un temor por parte de la ciudadanía de circular de manera tranquila por nuestro territorio. Si bien desde la Secretaría de Inclusión Social se tienen una serie de programas para esa población, es cierto que la capacidad instalada se ha disminuido con respecto a administraciones anteriores.
Por otro lado, y como lo hemos mencionado ya en pasadas ediciones, también se presentó en el último cuatrienio un crecimiento en la informalidad en la ciudad, pasando de unas 17 mil ventas informales en 2017 a cerca de 35 mil este año, con el agravante que dicha Subsecretaría fue tomada como un “fortín” para hacer política en la pasada campaña electoral, entregando algo más de siete mil permisos nuevos para trabajar en el espacio público.
En infraestructura la cosa no estuvo mejor. Esta administración quedó en deuda con los colegios públicos, algunos de los cuales presentan unas condiciones deplorables para la prestación de un servicio adecuado. Igual sucede con el deterioro de espacios renovados en 2018 y 2019 a los que no se les puso atención, como por ejemplo el corredor de La Playa que hoy presenta graves afectaciones para el tránsito vehicular y peatonal.
En lo concerniente a la seguridad, si bien algunos indicadores muestran mejoría, la realidad es que es un tema que sigue siendo crítico, especialmente en el centro tradicional. El cerramiento de la Plaza Botero no solucionó los problemas de fondo en los alrededores del Museo de Antioquia, solo los desplazó. La ciudadanía sigue reclamando mejores condiciones en zonas como el Parque Bolívar, Avenida Oriental, Prado Centro, entre otras. También expresa preocupación por el crecimiento de las plazas de vicio y exige el desmantelamiento del Bronx, la mayor olla de vicio del área metropolitana.
Estos y muchos temas más tendrán que ser abordados con urgencia por parte del alcalde electo Federico Gutiérrez, quien en la conformación de su gabinete, deberá analizar detalladamente los perfiles de la Gerencia del Centro y de la Subsecretaría de Espacio Público, que son quienes mayores responsabilidades tendrán para iniciar la solución a los problemas del centro de Medellín.
Esperamos que la gestión del alcalde Federico Gutiérrez sea exitosa, por el bien de la ciudad, y especialmente de la comuna 10.
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