Actualmente, y después de 12 años de funcionamiento, la institución educativa Héctor Abad Gómez presenta múltiples deterioros en sus instalaciones.
Por Ingrid Cruz Riaño
La institución educativa Héctor Abad Gómez, ubicada en Boston en el costado sur de la Placita de Flórez, fue inaugurada el 21 de septiembre de 2007. Actualmente tiene 2850 estudiantes que cuentan con un colegio de una estructura grande, bonita e imponente, en donde se destacan sus vidrieras y sus fachadas cubiertas por piedra pulida.
Sin embargo, múltiples problemas en su infraestructura física afectan a la comunidad estudiantil como la humedad generada por las placas deportivas del segundo y cuarto piso, y por las jardineras que rodean gran parte del colegio.
El rector de la institución educativa, Elkin Osorio, afirmó que la placa del cuarto piso es de baldosas y por estas se filtra el agua y ocasiona humedad en el auditorio, el cual actualmente no está en uso, desperdiciándose su capacidad de 150 puestos, además, el aire acondicionado no funciona y hay 25 sillas en mal estado. El auditorio no solo servía al colegio, sino que también se prestaba al público externo. Por otra parte, las humedades también se presentan en los baños del segundo y tercer piso.
El patio salón al lado del restaurante presenta altos niveles de ruido por las vidrieras, y las ventanas ubicadas en la parte inferior. Los vidrios son de seguridad, pero habitantes de calle y drogadictos los quiebran y estos se van desmoronando.
“No se pensó en las particularidades de una institución educativa y en el contexto”.
“Los problemas son de diseño, probablemente de calidad de los materiales y de interventoría. El diseño es bonito, pero no funcional, no se pensó en las particularidades de una institución educativa y en el contexto, y no se han hecho reparaciones de fondo, sino puntuales”, sostuvo Osorio.
Por otra parte, la red contra incendios no funciona desde hace siete años, el ascensor está malo, lo han arreglado muchas veces, pero se vuelve a dañar, y hay varios estudiantes en situación de discapacidad.
La docente María Eugenia Zapata refirió que la edificación tiene una estructura muy pesada, la mayoría es en piedra y eso hace que ceda hacia abajo y que las puertas no funcionen porque no caben dentro del marco. Además, hay unos salones en los que los muros tratan de caerse cuando se les mueve.
“Cuando llueve, todos los espacios abiertos se inundan porque el agua no tiene salida y varios salones se convierten en una piscina. Se le va a uno el primer bloque de clase secando. Lo que se necesita es un arreglo estructural, sobre todo, del piso de arriba que está flojo, aumentando las posibilidades de que el techo se caiga”, dijo Zapata.
El estudiante Juan Sebastián Uwaldo, comentó que “es peligroso porque a veces estamos en el auditorio muchas personas y puede caerse una parte del techo porque tiene una humedad súper fuerte, no funciona el aire acondicionado y hace un bochorno impresionante. El ascensor esta malo y toca subir cargados a dos estudiantes que no pueden caminar. Por las vidrieras del patio salón no tenemos privacidad y tranquilidad, y las puertas de los salones tienen mucho filo y algunos alumnos pequeños se han cortado”.
Por su parte, el jefe de núcleo, Geovany Metaute, manifestó que “es una estructura estéticamente muy bonita, pero hay que intervenir las losas de una cancha al aire libre porque han generado humedades y de no atenderse esto, puede ser peligroso para los estudiantes. Es necesario que se asigne un presupuesto por parte de la Secretaría de Educación”.
Con los pocos recursos propios, se han podido solucionar daños pequeños o hacer mantenimientos básicos, pero en el momento no hay dinero. Están esperando recursos del Ministerio de Educación Nacional que les llegan en abril o mayo, pero estos no alcanzan a cubrir las averías grandes y costosas. También están pendientes de la ejecución del Plan de Infraestructura y Mantenimiento de Obra de la Secretaría de Educación y por lo pronto, están tocando puertas en la Secretaría de Cultura, la empresa privada y el Concejo de Medellín.
Al respecto, la secretaria de Educación, Marta Agudelo, expresó que son conscientes del atraso de la ciudad en infraestructura educativa, pues hace más de veinte años en las instituciones educativas no ha habido una intervención de fondo e integral de mejoramiento de las infraestructuras físicas, pero en el Plan de Desarrollo Medellín Futuro, en la macroestrategia de educación, hay una línea de intervención en infraestructura educativa mediante la cual se podría establecer un presupuesto para apoyar a las 229 instituciones educativas de Medellín.
“El Plan de Desarrollo se va a definir en el primer semestre de este año, cuando se tenga radicado y aprobado se va a determinar el tema del presupuesto, vamos a levantar un diagnóstico de infraestructura educativa sobre lo que ya hay, haremos una priorización y esperamos empezar a impactar en el segundo semestre de este año”, aseguró Agudelo.