Alrededor de la colección de 23 esculturas del Maestro Fernando Botero, ubicadas en la Plaza que lleva su mismo nombre, se tejen múltiples historias y realidades, una nueva es la que se vive desde hace cuatro meses cuando se dio apertura tras un año de cierre en el que se instalaron vallas y vigilancia las 24 horas.
Para la historia quedará el 2023 cuando el conjunto de esculturas de arte más importante del país fue cercado y para ingresar había que pasar por un control de la Policía Nacional.
Uno de los locales más tradicionales de la Plaza es la Heladería La Montañita, ubicada a un lado del Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe, un negocio que cumple 63 años de haber sido inaugurado.
El dueño, y quien atiende diariamente, es Balmer de Jesús Quiroz Orrego, que reconoce que la zona está mejor sin vallas pero que haberlas tenido logró volcar la mirada social e institucional en uno de los lugares mas icónicos de la ciudad.
“Este año ha mejorado mucho la seguridad, las autoridades han cooperado con los comerciantes y hay mas control con los habitantes en situación de calle en temas de aseo. Ahora que está abierta la gente se siente más tranquila pasando porque las vallas generaban un bloqueo”, dice Quiroz quien ha pasado más de la mitad de su vida en esta importante zona.
El nuevo enfoque
Precisamente el nuevo enfoque de intervención integral en la Plaza Botero ha generado una transformación en los últimos meses, pues el alcalde Federico Gutiérrez tiene como una de sus prioridades la seguridad y la revitalización cultural de ese espacio.
El compromiso se ha traducido en una serie de iniciativas que no solo han mejorado la seguridad sino también han incrementado el interés y el flujo de actividades en esta plaza central.
Manuel Villa, secretario de Seguridad de Medellín, destacó que con la remoción de las vallas se logró devolver este espacio icónico a los ciudadanos. “Esto ha implicado una presencia constante, no solo humana sino también tecnológica, con cámaras de seguridad operativas 24/7, listas para responder ante cualquier eventualidad”, afirmó Villa.
Para las mujeres dedicadas al comercio y las artes callejeras el cambio se ha sentido, pues dicen que ahora sin el cerramiento la Policía ha estado de manera permanente. “Antes las ventas bajaron mucho, la gente con el cierre prefería devolverse que entra Ahora hay seguridad y las ventas volvieron a estar estables”, expresa Ana Rivera, vendedora de celulares del sector.
“En general creo que las personas han vuelto a la Plaza Botero, pero se hace necesario pedir mas presencia policial especialmente en la noche, hay personas muy indelicadas”, señala Mireya Terán, una venezolana que hace cinco años llegó a la ciudad y es emblemática en el parque por ser la escultura viviente de “La Gorda de Botero”, ella es licenciada en administración de empresas y hacía teatro en su natal Trujillo.
Vuelve a cobrar vida la experiencia cultural en la Plaza Botero
Uno de los objetivos de la actual administración con la apertura de la Plaza Botero es convertirla en un epicentro de la vida cultural, a través de la revitalización de los espacios públicos, enfatizando la importancia del arte y la cultura en la creación de una comunidad más inclusiva y democrática.
María del Rosario Escobar, Directora del Museo de Antioquia, destacó la importancia del renacimiento de la Plaza Botero como un centro de actividad cultural y social que no solo revitaliza el espacio físico, sino que también fomenta una comprensión más profunda y respetuosa de la diversidad de la ciudad.
“Podríamos decir que luego de su cerramiento, lo que estamos viviendo hoy es una nueva forma de vivir la plaza y de interacción entre los diversos actores, artistas, peatones, turistas. Nos parece importantísimo retomar la presencia de actividades culturales, creativas, deportivas y artísticas que le devuelven a la plaza un tono convocante y también de educación ciudadana”, señala la Directora.
La administración distrital tiene planes de fortalecer “Cultura Parque”, uno de sus programas bandera para fomentar los espacios para el arte y el encuentro especialmente en la Plaza Botero, para que se convierta en un testimonio de cómo Medellín está poniendo la cultura en el centro de su estrategia para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Autora: Tatiana Balvin