Aunque sean negocios informales, las ventas de comida que usan gas propano deben cumplir algunas normas que garantizan seguridad.
Desde hace 10 años María* vende papas fritas en el centro de Medellín. Empezó en el Parque de Bolívar y se ha recorrido casi todas las calles del sector. Cada mañana su rutina se concentra en mantener su puesto limpio y tener los ingredientes listos: papas, sal, limón y salsas.
Pocas veces esta mujer, de arrugas pronunciadas, se detiene a mirar el cilindro de 25 libras de gas propano que reposa junto a sus piernas. “La verdad sólo me preocupa cuando se acaba o cuando los muchachos del combo le suben al precio”, dice mientras pela una papa grande.
Aunque el gas sea un asunto de poca importancia para María, las autoridades consideran que debería convertirse en uno de los elementos de mayor cuidado para ella y para todos los comerciantes que usan pipetas para cocinar sus productos.
Juan David Pérez, coordinador logístico de la Subdirección de Manejo de Desastres del DAGRD, aseguró que la ley (puntualmente la Resolución 80505 de 1997, expedida por el Ministerio de Minas y Energía) exige que no haya cilindros de gas en las zonas donde hay clientes. “Pero por las condiciones económicas actuales sabemos que eso se hace más difícil de cumplir, especialmente en las ventas ambulantes”, dijo.
En diálogo con CENTRÓPOLIS, Pérez aseguró que los bomberos de la ciudad realizan controles periódicos en eventos masivos y en zonas de comercio informal, con el fin de prevenir riesgos. “Se trata de un gas comprimido que es tóxico y que tiene riesgo de expansión súbita. Por ahora en casos extremos, cuando por ejemplo el ciudadano tapa con un trapo o con cinta una fuga en la manguera, procedemos a intervenir con el inspector de policía que puede decomisar elementos o multar. Nosotros hacemos las respectivas recomendaciones de seguridad”, dijo. Un asunto de seguridad Aunque no hay estadísticas consolidadas de accidentes por pipetas de gas, el DAGRD y los integrantes del Cuerpo de Bomberos de Medellín han atendido algunos casos de personas lesionadas por mal manejo de la instalación de este energético. “Hay muchos casos del llamado ‘fogonazo’, que es cuando la llama se prende súbitamente y termina quemando a las personas”, dijo Juan David Pérez.
Sin embargo, las autoridades coinciden en señalar que esos riesgos se ven disminuidos si se cumple con las recomendaciones de seguridad.
*Nombre omitido por razones de seguridad
¿Qué debe tener una buena instalación de gas?
Verifique que el cilindro de gas esté en buenas condiciones: que no tenga corrosión (óxido) en la base, que la válvula no tenga averías y gire sin dificultad; y que esté identificado por el distribuidor.
Las conexiones y mangueras deben ser homologadas; es decir, al momento de comprarlas debe cerciorarse de que sean las autorizadas por ley. Para comprobarlo puede revisar los textos en relieve que traen y que explican qué normas técnicas cumplen.
La instalación debe estar en buen estado: la manguera no puede estar doblada, ni pisada, ni expuesta al tráfico, pues eso podría deteriorarla. Si es posible, hágala canalizar.
El punto de cocción debe tener buenas condiciones de higiene. Los restos de alimentos y aceites hacen que se genere una llama amarilla que es más riesgosa para el usuario.
En la medida de lo posible, ubique la pipeta de gas a unos cuantos metros de las llamas. Eso disminuirá los riesgos de accidentes.