La alcaldía tiene listo el plan de intervenciones que se requieren para que el teatro sea un lugar seguro y conserve su historia.
Por: Valentina Herrera
Con un poco más de dos años de cierre, el Teatro Lido comienza a ver las primeras luces de los trabajos necesarios para recibir de nuevo arte, cultura y espectadores; sin embargo, esto solo llegaría a mediados de 2023.
Ya la administración municipal tiene lista la ruta de intervenciones que debe adelantar para que el teatro, construido entre 1945 y 1947, sea seguro para quienes lo visiten, cumpla condiciones para las presentaciones y se conserven sus características arquitectónicas que lo hacen un bien de interés cultural de carácter municipal.
Alexis Mejía, secretario (e) de Cultura Ciudadana de Medellín, aseguró que el plan es iniciar obras en el segundo semestre de 2022.
“Es uno de los proyectos más importantes de este año desde nuestra dependencia. Ya está inscrito ante el Ministerio de Cultura, que adelanta las revisiones de lo que pretendemos ejecutar, las mismas que buscan hacer unas mejoras considerables para tener una mayor calidad en el desarrollo de las propuestas culturales en el área de las artes escénicas”, agregó Mejía.
Para estas intervenciones, la alcaldía destinará cerca de $3.116 millones de los fondos de la secretaría de Cultura y de la Ley de espectáculos públicos.
Y a la par de los trámites ante el Ministerio de Cultura, en la ciudad avanzan con el pliego de condiciones que se debe publicar para la licitación y posterior contratación de la firma encargada de la restauración, la cual debe tener experiencia en bienes patrimoniales.
Juanita Galeano, arquitecta de la secretaría de Cultura Ciudadana, explicó que desde 2019 diferentes equipos vienen haciendo estudios de calificación y de diagnóstico, los cuales ya arrojaron varios resultados del estado actual de conservación y de patología, así como de los requerimientos para mejorar.
“Vamos a tratar toda la iluminación, sistemas de acústica, mantenimiento a los pisos, a trabajar la cubierta y sus deterioros que se han incrementado en los últimos años. Los planes también incluyen conservación a la fachada, amoblamiento, señalización e iluminación exterior, reparaciones a las oficinas, a las áreas técnicas y a los camerinos”, enumeró Galeano.
Estas intervenciones no cambiarán la estructura principal del edificio
Son reparaciones locativas que, por el contrario, garantizarán la preservación de sus condiciones funcionales y arquitectónicas. “El teatro formalmente no puede cambiar, vamos a atender los deterioros para que en términos de seguridad, cumpla con una función estructural que tiene.
Todos estos procesos están encaminados a conservar y garantizar la calidad de la edificación y qué permita recuperar nuevamente la grandeza del teatro Lido”, reiteró Galeano.
Y es que una de las alertas llegó principalmente con la cubierta, cuando entre 2016 y 2017 se evidenciaron varias filtraciones de agua que a su vez fueron afectando otros sistemas.
En la restauración, la alcaldía destinará cerca de $3.116 millones.
“Estos deterioros obedecen al desgaste de los materiales, al paso de los años. Con estos estudios nos dimos cuenta que el teatro había entrado como en un déficit en cuanto a la eficiencia en algunos sistemas, puntualmente de iluminación y acústica”, complementó la experta.
Si bien el inicio de obras depende de la licitación, los estudios arrojaron que estas tomarían un plazo de 12 meses, es decir que el Teatro Lido volvería a abrir sus puertas a mediados de 2023.
Galeano reconoció que aunque la contratación puede demorarse, lo importante es dar con la firma más idónea para la restauración. Además, resaltó que haber llegado a esta etapa es un avance significativo por todo el tiempo que implicó hacer los diagnósticos y porque hasta el Departamento Administrativo de Planeación dio el aval al proyecto.
“El equipo trabajó con criterios de intervención y valoración en términos de conservación teniendo en cuenta la tipología del edificio, el uso, los materiales y las proporciones. Nos acogemos a las normas técnicas y legales vigentes para construcción, sismo resistencia e instalaciones eléctricas, así como lo relacionado a un bien de interés cultural de carácter municipal”, dijo Galeano.
La meta, además de garantizar la conservación del Teatro Lido, que se ubica en un espacio de interés histórico como lo es el Parque Bolívar con su catedral Metropolitana, es abrir las opciones de oferta en cuanto a programación.
“Que pueda volverse a abrir, volver a ser ese espacio fundamental para el desarrollo de la agenda cultural de nuestra ciudad y que podamos tener programación de forma permanente, tanto de nuestra secretaría como de otras organizaciones y actores culturales de la ciudad”, enfatizó el secretario Mejía.
Uno de los programas, por ejemplo, que tuvo que trasladarse a otro lugar tras el cierre del Teatro fue la Cinemateca Municipal, y aunque por ahora no se ha planteado regresar allí, la idea sí programar algunas de sus actividades.
Para el antropólogo Víctor E. Ortiz, priorizar la intervención del Teatro Lido es aportar a que los ciudadanos conozcan su historia más allá de solamente su ubicación. Y es que este espacio es la memoria de quien en su momento quiso aportar a la cultura de la ciudad: don Francisco Luis Moreno, el encargado de financiar la obra cuya construcción estuvo a cargo de Federico Vásquez y la decoración fue del reconocido escultor Marín Vieco.
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“Su valor es patrimonial, arquitectónico, histórico, cultural. Estas intervenciones deben estar encaminadas en tener una sala abierta, con una oferta cultural nutrida pues el espacio lo permite. Y así como se habla de restauración, pensar en adecuaciones y actualizaciones que le den continuidad y bienvenida a nuevas maneras de hacer cultura en la contemporaneidad, en el hoy a hoy”, opinó Ortiz.
Muchos recuerdos labore halli