Por Alexander Barajas
Es la cenicienta de la educación pública y desde el centro se viene trabajando para que deje de serlo. La educación para jóvenes y adultos (EPJA) es una modalidad de educación flexible concebida para atender a quienes no pudieron cursar la educación básica y media en la edad esperada y bajo el modelo tradicional de colegios, uniformes, loncheras y reuniones de padres de familia.
En vez de las mínimas 30 horas semanales de la educación regular, los contenidos se estudian en 10 horas semanales, siguiendo bloques condensados llamados Ciclos Lectivos Especiales Integrados (CLEI). En total, son seis ciclos que agrupan los temas desde primero de primaria hasta grado 11; cada uno puede cursarse en un semestre y por eso ha resultado una alternativa muy útil para tantas personas en ‘extra edad’.
“No hay un perfil específico. Desde madres solteras adolescentes, expertos empíricos que les exigen en sus trabajos terminar la básica o media, abuelos que quieren dignificar con esta experiencia sus últimos años, hasta desmovilizados que nunca cogieron un cuaderno; incluso deportistas de alto rendimiento que por su rutina no pueden cumplir con un horario escolar diario”, comentó Geovany Metaute, director del Núcleo Educativo 928.
Metaute también coordina la única Red de Educación para Jóvenes y Adultos que existe en la ciudad, conformada en dicho núcleo, en 2013, para reflexionar sobre el presente y el futuro de esta modalidad. Él y los miembros de la red son autoridades en el tema, pues en su jurisdicción existen 19 entidades que ofrecen EPJA, de ellas solo una es pública (I. E. Héctor Abad Gómez) y el resto privadas. De estas últimas, nueve lo hacen bajo la modalidad de cobertura o contratada con la Secretaría de Educación y, por lo mismo, gratis para sus usuarios.
El núcleo 928 abarca de la Oriental hasta Boston, por su parte el Núcleo Educativo 927 cubre más o menos de la Oriental hacia el río. En éste último, operan otras 12 instituciones con esta modalidad. “En total, ambos núcleos del Centro podemos tener matriculados más 25 mil estudiantes de los casi 54 mil que hay registrados en toda Medellín”, ratificó. Toda esta experiencia, luego de tres foros, fue vaciada por la Red EPJA en una propuesta de política pública que, con variantes, será presentada en este segundo semestre por la alcaldía al Concejo de Medellín.
“Se trata de un insumo importante, un diagnóstico valioso, una base de primera mano. Estamos esperando una directriz que se anunció por parte del Ministerio, e igual seguimos trabajando en comités semanales para elaborar el documento definitivo que estará listo este año”, aseguró Jorge Iván Ríos, subsecretario de Prestación de Servicio Educativo de Medellín.
Tenga en cuenta: validación no es lo mismo que educación para jóvenes y adultos. Lo primero consiste en demostrar lo que se sabe de un grado escolar con un examen; lo segundo es una alternativa educativa pensada para población extraedad, cuya principal característica es que permite cursar toda la educación básica (lo que antes se conocía como primaria y bachillerato) en tres años.
¿Madurando biches?
Según datos de la Secretaría de Educación, la matrícula en EPJA creció 19.8% de 2010 a 2015 y ya representa 11.6% de la matrícula total de la ciudad. Hoy suma 53.034 estudiantes, pero en parte ese crecimiento se ve falseado porque muchos niños y jóvenes de 13 a 18 años, que podrían estar cursando la educación regular para salir mejor preparados, se dan sus mañas para hacerse inscribir en EPJA con la engañosa idea de graduarse “rápido y fácil”. En ese rango de edades se pasó de 16.522 inscritos en 2010 a 27.913 en 2015 (crecimiento del 68.6%); siendo lo más preocupante que para el año pasado, de todos los matriculados en el ciclo 6 (grado 11), el 42% presentaba esas edades. Esta anomalía tratará de corregirse con los cambios propuestos.
Lo que se propone
Desde la Red EPJA en el centro de Medellín, básicamente se propone que esta modalidad educativa cuente con mayor presupuesto oficial, una cualificación específica para los docentes (hoy casi todos dan clases también en jornada regular), con currículos más pertinentes, y que estos incluyan opciones formativas que favorezcan la inserción al mundo laboral. “Así como se destina tanto para Buen Comienzo (la política pública de la ciudad para la población de 0 a 5 años que es modelo nacional), se haga lo mismo con esta población para que tengan un Buen Final y no se nos pierda por falta de alternativas”, comentó el directivo docente Giovany Metaute.