Por: Juan Carlos Monsalve
En mi camino diario por el puente que comunica al barrio Sandiego con la vía Las Palmas me encuentro siempre con este punto que se volvió un botadero de basuras permanente. Hago un llamado a la comunidad y a las autoridades para que no permitan que la situación se extienda. Si esto sigue así, después no se podrá controlar.
Las opiniones, comentarios y sugerencias aquí expresadas no representan la opinión del periódico Centrópolis