Antes de ser decretada la cuarentena estricta en La Candelaria, Fenalco reportaba 78% de actividades en funcionamiento, conozca las cifras y datos puntuales que arrojó esta reactivación.
Por: Víctor Vargas
Previo a la entrada a la cua- rentena estricta en el centro de Medellín este lunes 13 de julio, el comercio de este sector de la ciudad había logrado recuper su tono habitual de colores, soni- dos y agitación, especialmente alrededor de los pasajes y centros comerciales, su gran motor, pero claro, bajo la sombra del riesgo de la enfermedad que ha dejado, según la seccional Antioquia de la Federación Nacional de Comerciantes – Fenalco, un total de 90.000 empleos perdidos en el sector comercio de Medellín y el Valle de Aburrá.
Desde los últimos días de abril se empezaron a abrir tímidamente algunos locales y con el inicio de junio se dio apertura a los centros comerciales que jalonaron la reactivación de la mayoría de las actividades, menos los restaurantes y otros establecimientos de este sector como los bares.
El sector del comercio habría perdido un total de 90.000 empleos.
Según el director ejecutivo de Fenalco Antioquia, Carlos Andrés Pineda, apoyado en datos que se han construido conjuntamente con la Cámara de Comercio de Medellín, hasta un 78% de las empresas están en operación y trabajando en la recuperación de lo perdido entre marzo y esos primeros días de junio.
Cómo le ha ido al comercio del centro tras la reapertura
Para el dirigente gremial, a través del seguimiento general que se realiza con las cajas de compensación, las cámaras de comercio y la Mesa de Trabajo de Reactivación Económica Gradual y Segura de la Gobernación de Antioquia, la caída de abril fue la más fuerte y se vio reflejada en mayo. En este quinto mes del año, pese a que dos de cada tres comerciantes dijeron haber registrado caídas de ventas del 40%, se vio algo de recuperación que impactó los indicadores de junio y ya en el sexto mes con actividades como la primera jornada sin IVA, que habría representado un aumento del 30% en las ventas, el gremio comerciante espera ver otras cifras mucho más positivas con el pasar de los días.
Ese positivismo es el que refleja Carmenza Zuluaga, administradora de la piñatería y juguetería ‘Juegos y Juguetes’ en el sector del Parque de las Luces.
Ella y sus tres compañeras de trabajo sobrevivieron los meses de confinamiento con la oferta que los propietarios del negocio les hicieron de pagarles el 30% del salario, con el que estas cuatro madres cabeza de hogar salieron bien libradas del panorama de desempleo.
“Desde antes del confinamiento, nosotros ya veníamos trabajando por WhatsApp por lo que durante estos meses pudimos trabajar con algunos clientes, lo que nos ayudó mucho”, señaló. “Quedamos aporreados, pero no del todo y las ventas ahora se han ido recuperando”, recalcó.
Humberto Emilio Arboleda comerciante de telas de índigo de4l sector de El Hueco, indicó estar “muy contento con la reactivación del comercio y que en mi campo ya tenemos activados de nuevo a los proveedores para poder producir”.
La informalidad pone en riesgo lo obtenido
Para Daniel Manzano Cárdenas, director de Asoguayaquil, hay puntos positivos y varios que les preocupan en gran manera a sus afiliados. Señaló que es positivo toda la disposición que ha tenido el comercio formzal para implementar los protocolos de bioseguridad para clientes y comerciantes, y agregó que las ventas están alcanzando niveles aceptables para la época. “Los comerciantes formales estamos completamente comprometidos con la vida de trabajadores y clientes y algunos centros están esperando lograr el sello amarillo que certifica las rigurosas exigencias de la Secretaría de Salud”.
Los comerciantes formales realizan estrictos protocolos de seguridad mientras esperan alcanzar los niveles de ventas normales.
Sin embargo, hizo un fuerte llamado a las autoridades frente al fenómeno de la informalidad que, por supuesto afecta el volumen de ventas del comercio formal y que, además, pone en riesgo la activación económica del sector. “Mientras se cumplen estrictamente los protocolos, en la calle no hay control. ¿Cómo proteger la reactivación económica frente a este fenómeno?”, comentó.
Para Manzano el débil control de las autoridades hacia la informalidad -y la ilegalidad-, del sector de Guayaquil, es un riesgo epidemiológico que pone en peligro las actividades comerciales. “Ahí es donde debe estar presente la institucionalidad, son cientos de habitantes de calle y miles de vendedores ambulantes”.
Para el dirigente, dentro del balance de la reactivación, no es posible dejar por fuera el impacto que tienen los costos del esquema sanitario que se exige al comercio formal que ha implicado contratación de más personal, la logística y hasta modificaciones estructurales en los centros comerciales, mientras afuera la informalidad no cumple normas.
Finalmente, el director ejecutivo de Fenalco, explicó que trabajan articuladamente con la Gerencia del Centro para diseñar actividades económicas que, adicionalmente a las jornadas sin IVA, aporten en la reactivación económica.
Concluyó pidiendo a los ciudadanos aplicar el autocuidado, acciones que protegen su vida y aportan en el mantenimiento de un comercio activo y vital en el centro.
Desde Corpocentro se celebra la apertura del comercio con todos los protocolos de bioseguridad, lo que sin duda disminuirá la pérdida de empleos. Sin embargo, a la Corporación Cívica del Centro le preocupa el desorden que se presenta en el espacio público y el poco cumplimiento de medidas como el distanciamiento social y la utilización del tapabocas.
Corpocentro hace un llamado a la administración municipal para ejercer mayores controles en la calle y más campañas pedagógicas a través de diferentes medios. Así lo sostuvo la Corporación, al recibir la sorpresiva notificación de cuarentena estricta en un perímetro del 80% de La Candelaria, en un comunicado emitido junto a las asociaciones Asoguayaquil, Corbolívar y Centro Unido que ratificaba la petición de control de la informalidad y el espacio público en el centro de Medellín.