El teatro en Medellín no se detiene. Las salas continúan con su programación desde la virtualidad.
Por: Valentina Cataño Marín
Aunque las calles vibrantes del centro de Medellín empiezan a verse llenas nuevamente, los restaurantes aún permanecen cerrados y el arte y la cultura siguen sin reactivarse para el público. Desde la declaración de Estado de Emergencia y la instauración de la cuarentena en Colombia, los centros culturales y teatros de La Candelaria mantienen sus puertas cerradas.
No ha sido novedad por estos días escuchar de dificultades, no hay nadie que no haya tenido que adaptarse por fuerza a una nueva forma de vivir. Si bien el aislamiento ha sacudido la economía de todos sin discriminar actividad o sector; los teatros y corporaciones culturales, quienes dependen de los eventos que organizan y de su aforo para mantenerse, viven un verdadero terremoto.
En el comienzo
Nadie podía, ni puede aún, dimensionar los efectos del COVID – 19 en nuestro día a día. Desde antes de que apareciera el primer caso del virus en el país, las diferentes salas teatrales del centro de Medellín ya habían comenzado campañas para que sus visitantes cuidaran de su salud y se mantuvieran alerta al nuevo riesgo. Pero rápidamente se hizo claro que esto iría más allá de la instalación de dispensadores de alcohol en las paredes.
El regreso a los espacios no tiene una fecha fija pero cuando ocurra será bajo estrictas medidas de bioseguridad.
“En cuanto supimos que el regreso no sería pronto, nos preocupamos por mantener el contacto, continuar con las reuniones y clases, teníamos un compromiso con nuestro público y artistas […] la virtualidad más que una opción fue una demanda, sabíamos que no teníamos otra opción, comenzando porque era un requisito para continuar dentro del programa de Salas Concertadas del Ministerio de Cultura, y no podíamos arriesgar este aporte económico tan importante,” comentó Catalina Murillo, miembro de la junta directiva, actriz y profesora del Pequeño Teatro.
Así pues cada grupo teatral del centro comenzó a asumir la virtualidad desde sus posibilidades, encontrando sus plataformas predilectas para reuniones, probando con diferentes horarios de encuentro, buscando qué videos de su escaso archivo de registro funcionaban para compartir en la web. Lo anterior les permitió maniobrar con nuevos escenarios para la creación de piezas, manteniéndose creativos y en movimiento, como suelen estarlo.
Una “puesta en video”
En este contexto surge el debate de si el teatro puede conservar sus características una vez es llevado al video y publicado en línea, ¿cómo iban los grupos teatrales a sobreponerse a este dilema?, las ideas ingeniosas no demoraron.
Para acceder a los contenidos virtuales de su sala de teatro favorita solo debe buscarla en redes por su nombre o acceder a su sitio web donde encontrará toda la información necesaria.
“A nivel creativo es muy complejo porque de igual forma se requiere ese contacto vital, estar al frente del otro, poder transmitir desde la mirada del actor ha sido muy complicado. Nos volcamos a esa relación a través de las redes sociales pero sin perder la fuerza. Nos hemos dedicado a indagar sobre las dramaturgias iberoamericanas. Con tres elencos estoy montando un proceso que se va a llamar ´Una puesta en video´, no es ni puesta en escena, no es video, no es cine, es un nuevo concepto que estamos desarrollando desde el Teatro Ateneo para ver cómo llevar montajes teatrales a las redes sociales,” cuenta Yacqueline Salazar, directora del laboratorio escénico del teatro Ateneo Porfirio Barba Jacob.
A pesar de las dificultades y las tristezas de tener que dejar sus espacios, las nuevas posibilidades creativas son emocionantes.
“No creímos que la virtualidad podía llegar a ser también una forma de creación, cada que hacemos algo para estas plataformas nos acercamos más a la idea de que (estos formatos) por sí mismos tienen un valor más allá de la pandemia. La creación de estos nuevos contenidos se ha convertido en algo muy importante para nosotros,” explica Juan David Correa, miembro de la junta directiva del teatro Matacandelas.
¿Y ahora?
El teatro en la virtualidad ha tenido una acogida muy positiva. El público, tanto local como extranjero, está feliz; y hay quienes dicen que lo mejor de la cuarentena ha sido poder volver a su teatro favorito sin tener que viajar a Medellín.
“Crecieron las visitas a nuestra página de Facebook, la cobertura, los alcances, la gente compartiendo; nos tocó hacer la semana del teatro dos veces, hicimos una celebración la semana del 27 de marzo, actos de presentación, como lo teníamos planeado […] y ahora en junio volvimos a hacer la Semana del Teatro: el teatro abraza a Medellín, desde la virtualidad,” continúa Yacqueline Salazar.
Aunque todas las salas se están preparando en temas de bioseguridad para el regreso, no tienen certeza de cuando llegue este momento y entienden que cuando pase, el aforo no podrá ser el mismo de antes. Por lo tanto, todos están de acuerdo en que la virtualidad es por ahora su mejor aliada.
29 salas teatrales de Medellín continúan con su programación de manera virtual.
Mucho se ha comentado por estos días con respecto al estado del gremio culural, las posturas de la Alianza Cultural por el Centro y la Asociación Colombiana de Actores, son solo una muestra de lo que se está priorizando desde la ciudadanía y el Estado; sin embargo, entre los creadores y gestores culturales se ha forjado una resiliencia casi satírica, quienes, acostumbrados a la evolución, no dejan de producir contenidos valiosos desde el arte ni por una pandemia.
Fotos: Omar Portela