Para este año se ejecutarán en nuestra comuna, por Presupuesto Participativo (PP), 17 proyectos por casi $6.500 millones. Aquí también se discute con pasión la reforma a esta herramienta de planeación local.
Por Alexander Barajas Maldonado
Casi nadie niega la conveniencia de revisar cómo viene funcionando el PP en la ciudad, luego de 13 años de vigencia de su actual esquema. Lo que ha desconcertado a muchos ha sido la manera de hacerlo de quienes proponen ese cambio, sobre todo cuando siempre han pregonado la concertación y el diálogo previo al ejercicio de la autoridad.
Esa podría ser una de las primeras conclusiones de la polémica que desató la administración municipal con la presentación a mediados de febrero del proyecto de acuerdo 055 en el Concejo, una iniciativa destinada a actualizar la participación ciudadana en la planeación de la ciudad y que, paradójicamente, al parecer no tuvo mucho de participativa en su redacción. Ese es el principal reclamo que se ha hecho en todos los foros o conversatorios que se han citado sobre el tema.
Por ejemplo, a instancias del teatro Pablo Tobón Uribe y su espacio de debate Lunes de Ciudad, el pasado 20 de febrero, el secretario de Participación Ciudadana, Andrés Bedoya, y el director de Planeación, César Hernández, volvieron a escuchar reproches por cuenta de algunas justificaciones para cambiar cómo se define la inversión de los recursos del PP.
“Nos ha dolido que nos hayan señalado como pillos a los líderes en los barrios que hemos trabajado en PP, cuando nosotros no contratamos ni vemos un solo peso de eso, más bien ponemos nuestro tiempo para que la comunidad participe, decida y esté mejor”, se lamentó con evidente indignación María Cristina Poveda, presidente de la JAC del barrio Boston.
De otro lado, Stella Restrepo, representante de las mujeres en el Consejo Territorial de Planeación de Medellín (CTP) expresó: “nos sorprende que estén diciendo que en el CTP dimos visto bueno a ese proyecto de acuerdo, al contrario, expresamos nuestras objeciones luego de que la administración nos lo presentó”. El CTP es una instancia de consulta cuyos conceptos no son vinculantes.
Los ediles miembros de las Juntas Administradoras Locales (JAL) expresaron igualmente su disgusto y habrían preferido una amplia discusión previa. “Como lo que se está haciendo ahora, pero antes que es cuando vale y se ven las buenas intenciones, y no ya con tantas carreras”, dijo Lucy Estella Pamplona, anterior presidenta y hoy secretaria de la JAL de la Comuna 10.
Desde la academia y la oposición política en el Concejo de Medellín se tiene una visión similar. María Clara Echeverri, del programa Hábitat de la Universidad Nacional, pidió que se dialogue más y se tengan en cuenta las observaciones mayoritarias, sin imposiciones. La concejal Luz María Múnera fue más allá y pidió que la alcaldía retire su propuesta y convoque a debates a lo largo del año.
Como en tantos otros escenarios, esa noche en el Teatro Pablo Tobón hubo consenso en que se debe aprovechar la coyuntura para darle un necesario revolcón al PP. La duda está en qué aspectos y cómo se decide. Los voceros de la administración dejaron claras dos cosas: que el proyecto de acuerdo no se retirará y que la última palabra todavía no está dicha. “Ahora tenemos el reto de estudiar y acoger las modificaciones que la comunidad quiere”, concluyó el director de Planeación.